Pages

martes, 28 de abril de 2009

YA ESTÁN AHÍÍÍÍÍÍÍÍÍ

Que sí, que aquí hay algunos que quieren hacernos creer que el fin del mundo está cerca. Ya están aquííííííííí, como bien decía la niñita de Poltergeist acojonándonos un poco a todos a la espera del siguiente efecto especial. Ya están aquí los de siempre levantando la liebre, encendiendo la cerilla y prendiendo el bosque si se tercia para buscar la imagen o la noticia o el batiburrillo más espectacular. Los tabloides amarillean a la fructífera caza de lectores ávidos de sucesos más o menos suculentos para pasar el tiempo, los mismos contertulios de siempre se forran a nuestra costa con sus peroratas incandescentes que no aportan nada más allá de una absurda crispación, los empresarios aprovechan la coyuntura provocada desde hace más de un año para sanear sus cuentas y echarnos a todos a la calle, las televisiones amenazan con inminentes glaciaciones tan sólo porque el día que nevó un poco de más nos pillo a todos con el pie cambiado y las bragas por las rodillas, los vociferantes locutores retransmiten en directo el estrépito de los cohetes mientras sobornan a algún pardillo para que se queme la camisa o se deje empitonar por la vaquilla que deambula soñolienta en la plaza del pueblo...
ES-TO-ES-ES-PEC-TÁ-CULO.
Los cascarrabias augures del apocalipsis se frotarían las manos ante tal panorama desconcertante. Arrabal es sólo un borracho simpático al lado de nuestros ilustres aguafiestas diarios.
No puede ser. He estado a punto de comprarme una máscara para ponérmela dentro del metro atestado para ver si podía de una vez sentarme, pero me he cortado. He estado a punto de comprarme una máscara para ponérmela dentro del banco mientras llenaba de incertidumbres a la cajera, pero me he cortado. He estado a punto de comprarme una máscara para ponérmela frente al espejo, pero he creído que eso era de el todo innecesario: todavía me desconozco lo suficiente como para asustarme del otro.
Por si fuera poco, este pomposo y altisonante cuarto poder tiene el dudoso honor de despertar al unísono en algunas mentes dormidas la conciencia de que algunos viven de airear cualquier potencial basura inalterable. Debe haber sido el titular de hoy, querido Orviz. Ya están ahííííííí.


1 comentario :

  1. jeje...qué bueno, Luigi. te enlazo ahora mismo desde mi blog.

    un abrazo!!

    ResponderEliminar

Dádle voz al oráculo