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martes, 31 de diciembre de 2013

lunes, 30 de diciembre de 2013

EL UNIVERSO DE BENJAMIN LACOMBE (O LOS SUEÑOS DE UN ILUSTRADOR EXPUESTOS EN MADRID)

Detalle de Autorretrato con seis brazos de Benjamin Lacombe
Enfrentarse a cualquiera de las páginas ilustradas por Benjamin Lacombe (París, 1982), cuando aún no conoces su trabajo, puede causar un shock inesperado. Desde luego no os dejará indiferentes la evidente maestría de este jovenzuelo lanzado a convertir cualquier cosa que toca en una joya editorial. Desde textos para niños a novelas decimonónicas pasando por relatos de Poe o cuentos clásicos han pasado por sus manos y sus ojos, para transformarse en auténticos objetos de admiración. Algunos reconoceréis su estilo: "Ojos grandes y muy expresivos, con sentimiento, calor y color. Tez pálida de porcelana y labios finos y coloridos". Así lo define, y estoy totalmente de acuerdo con ello, la web Los Cuentos de Bastian.
En España ha publicado su obra con la Editorial Edelvives. Es posible que os suenen algunos de los títulos que ha ilustrado, como Genealogía de una Bruja, Los Amantes Mariposa, Melodía en la Ciudad, Blancanieves, El Herbario de las Hadas, Cuentos Macabros, La niña silencio, Notre-Dame de París y, ahora Madame Butterfly.


Si no es así, no importa, siempre hay tiempo para la sorpresa. Para los que estáis en Madrid o venís por aquí en estas fechas os propongo un plan interesante: visitar la primera exposición sobre Lacombe que se realiza en nuestro país. Se titula El Universo de Benjamin Lacombe y está teniendo lugar entre los días 19 de diciembre de 2013 y 26 de enero de 2014, en el Museo ABC (c/Amaniel, 29-31). Si lo hacéis tal vez podéis coincidir con un tipo extraño que babea y se muerde las uñas de envidia ante alguna de las ilustraciones de Lacombe, aunque, que quede claro, siempre negaré que sea yo.
Aquí os dejo el enlace a su blog, Y un vídeo muy especial sobre sus Memorias... no hay excusa para no disfrutar.



En Youtube.

jueves, 19 de diciembre de 2013

UNA MAREA HUMANA

Fotografía de Javier Martín Espartosa (druidabruxus), tomada de Flickr bajo Licencia Creative Commons
Aunque no lo creáis, a mí me gusta la Navidad. Me trae sobre todo recuerdos de cuando era niño y las cosas se veían desde una perspectiva diferente, más mágica y emocionante. Nada como la tabula rasa de la infancia, la inocencia y atrevimiento de aquellos días pasados.
A mí me gusta, sí, la Navidad, aunque no lo creáis. No soy como Ebenezer Scrooge. La fiesta, las cenas increíbles, las vacaciones, los encuentros con los primos, el juego eterno, el acostarse tarde, las uvas, los turrones, aquellos programas de Martes y Trece... cada diciembre la memoria se abre paso en lo cotidiano para mostrarme con nostalgia el espíritu de las Navidades Pasadas. Pero luego hay que volver. Las Navidades Presentes son difíciles, contradictorias. Desde siempre he pensado que eran un momento ideal para estar en familia, pero es verdad, se han convertido en un escaparate de vanidades, en un monumento al consumismo difícil de derribar. Parece que el consumismo es la medida de la prosperidad económica y social, o al menos así nos han querido convencer. Pero dónde está la causa de la movilización navideña, la misma, a mi parecer, de la desmovilización de las protestas contra la injusticia. ¿Antes no éramos así? No es algo que se enseñe en la escuela (lo del consumismo). De hecho a menudo mi hijo de 4 años viene del "cole" con conceptos como el reciclaje, la ecología, el respeto a los animales, la lucha contra la pobreza, el ahorro, el compañerismo, la igualdad de razas y sexos o la justicia social bien aprehendidos. ¿Entonces? ¿Dónde está la causa? En los omnipresentes medios de comunicación de masas, hipertrofiados y vacíos, en esa televisión siempre encendida que bombardea sus mensajes y nos hace cómodos, nos impide usar nuestro tiempo en algo tan sano como leer un libro, jugar un rato e incluso hablar con el de al lado, y reduce el pensamiento a la mínima expresión del blanco o negro, o del rojo o azul, igual de maniqueos. Y ya con Internet y los móviles ni os cuento. Smartphones, tabletas, teléfonos inteligentes suplantando la voluntad de nuestros cerebros. Al final han conseguido que una gran mayoría viva en una especie de limbo, en una nube digital e individualista alejada de la realidad, en un paraíso artificial mucho más potente que el de las drogas, en un mundo feliz más aterrador que el de Huxley. Y así, enganchados al discurso plano y al ritmo delirante impuesto por las nuevas tecnologías, estamos desarmados ante las tropelías que unos pocos seguirán haciendo a nuestra costa. Es difícil, muy difícil explicarle esto a nuestros hijos, pero o lo hacemos ya o nos iremos todos a la mierda, perderemos nuestra libertad sin necesidad de llevar cadenas y entregaremos definitivamente nuestra esencia humana para volver a ser el rebaño que un día fuimos. ¡Paparruchas! No digo nada nuevo, lo sé, pero imaginaos, entonces, lo que nos mostraría el espíritu de las Navidades Futuras.

sábado, 14 de diciembre de 2013

EL HAMBRE, UN POEMA DE MIGUEL HERNÁNDEZ

Retrato de Miguel Hernández, de Lorenzo Fernández
Certero y descomunal, cercano y universal, pero, sobre todo, más actual que nunca, este poema de Miguel Hernández, "El hambre", publicado en El hombre acecha (1937-1939). Si todavía hay alguno que se pregunta por qué perduran algunos poetas, que se lo lea y al fin comprenda.

EL HAMBRE

I

Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.

El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.

Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.

Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.

Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.

Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.

Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.

No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.

En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.


Mitad hombre mitad animal, de José Antonio Domínguez

II

El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.

Uno no es tan humano que no estrangule un día
pájaros sin sentir herida en la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.

El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
para acallar en mí la voz de los leones.

Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.

Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.

Arroja sus estudios y la sabiduría,
y se quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.

Entonces solo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.

Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa.

Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.

Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.


HERNÁNDEZ, M., El hombre acecha (1937-39)

lunes, 2 de diciembre de 2013

CHAQUESPEARE

"Alas, poor Yorick"

Ciclón desenreda la muerte.
Hilván ataurique tu sangre.
Azul en el pálpito ahueca.
Que viene la luz a anularte.

Un don encadena el infierno.
En todos tus nombres el aire.
Supliendo la voz te desmiento.
Posada infinidad sin lecho.

En todos tus nombres alcanzas.
Acalla el horizonte heleno.
Renglón de cálamo y tiempo.
Eclipse de amor, Dinamarca.

jueves, 21 de noviembre de 2013

RAPHAELSTILTSKIN Y LA LOTERÍA DE NAVIDAD


Perseguimos la senda de luz caliente, el temblor de millones de llamas que llenan de una belleza misteriosa las calles empedradas de Pedraza, caminamos así en la noche oscura del alma hasta alcanzar un extremo de la plaza, y es entonces cuando adivinamos la presencia del grupo salvaje, percibimos a lo lejos sus figuras recortadas y nos viene de pronto un olor a viejas glorias musicales para todos los públicos mientras un delirio navideño perpetrado a través de una mezcla de estilos incompatibles desintegra el "You were always on my mind" de Elvis Presley con casi tanta saña como lo hicieron hace años los Pet Shop Boys. Reunidos en torno a su lánguida ejecución nos abrazamos arrobados, cruzamos los dedos y pedimos suerte a San Pancracio, porque estamos dentro del nuevo anuncio de la Lotería de Navidad.
Pero no olvidamos la semilla esquiva y oscilante que se aloja en todos los sueños, la delgada línea que separa la normalidad del horror, la confianza de la pesadilla. Porque intuimos el escalofrío, y los bombos que componen el extraño árbol luminoso se nos antojan jaulas de oro custodiadas por guardianes cantarines, por pérfidas sirenas embaucadoras y magas Circe que esperan el momento adecuado para llenarlas con incautos como nosotros. Ahí está la Odisea. Y entonces nos fijamos en sus caras, en sus dentaduras perfectas e idénticas, son seres indefinibles de sonrisa intrigante y forzada, no son reales, seguro que no, parecen autómatas diseñados hasta el último detalle por algún loco, personajes desviados de su cuento. Los cuentos. Ahí está la mano de Pablo Berger. Nos damos la vuelta intentando encontrar el rastro distorsionado de Tim Burton, quizá alguna huella de Helena Bonham Carter. Marta Sánchez y David Bustamante se observan, tan divertidos como cómplices. La Niña Pastori aprieta con fuerza los puños. Raphael parece relamerse, sus pequeños ojos no brillan, sino que desprenden un fulgor inquietante y oscuro. Montserrat Caballé abre la boca y lanza una mirada perdida al aire. Sus ojos parecen a punto de estallar, como los de los personajes de Scanners, aquella película de David Cronenberg. Sabemos que no hay escapatoria. Es posible que los accesos a la plaza ya estén bloqueados. Es el fin. De repente Raphael se da la vuelta y comienza a mover su mano derecha de manera siniestra. Na na na na ná, na ná...na... 
Su sonrisa nos desconcierta.
-Ya es la hora...-parece decir entre dientes, sin abandonar jamás su máscara.
Y entonces los habitantes de Storybrooke recuperamos la memoria, y Pedraza no es Pedraza y Raphael no es Raphael, es Rumpelstiltskin en la serie Érase una vez, y aunque Robert Carlyle quiera desmentirlo y hable de simples casualidades, de parecidos razonables, hay gestos intransferibles que siempre nos delatan (véase foto adjunta). Es el fin, desde luego. Solamente nos queda repetir tres veces el nombre del duende y esperar a despertar de este sueño: ¡RAPHAELSTILTSKIN, RAPHAELSTILTSKIN, RAPHAELSTILTSKIN!...
¿No nos creéis? Entonces comprobadlo vosotros mismos.



En Youtube.

viernes, 15 de noviembre de 2013

UN RECITAL A TRES BANDAS


Nos conocimos hace tiempo, en los miércoles del Bukowski Club, y luego comenzó nuestro intercambio de ideas al ritmo de esa vorágine artística que emanaba (y emana) de La Vida Rima. Hemos compartido risas, cañas, palabras y escenarios. Cada uno ha seguido un camino creativo y vital diferente, sin dejar jamás de luchar por sus sueños. Después de mucho tiempo intentándolo, vamos a juntarnos los tres para celebrar con un recital A TRES BANDAS la publicación de nuestros últimos trabajos:
CARLOS GALÁN, músico excepcional y poeta de la alegría, os traerá un pedazo de su último disco, Carne de Canción.
JUAN CARLOS PÉREZ MEDINA os dirá Todo lo que sé, una recopilación de sus textos magníficamente autoeditada.
Y un tal LUIS MORALES os mostrará sus sueños hechos Realidad, ese poemario publicado por LVR[ediciones.
Pero lo más importante es que estaremos juntos, mezclándolo todo, afinando la puntería y repasando trigonometría, tirando líneas imaginarias perfectas para alcanzar el punto exacto, jugaremos A TRES BANDAS para crear una nueva y espectacular sorpresa, una hermosa y durísima carambola de música y poesía. Allí estaremos sí, acompañados por LVR[ediciones, a cuya vera encontraréis nuestras cosas.
Será el sábado 16 de noviembre, a las 20:30 horas, en VERGÜENZA AJENA (c/ Galileo, 56, Barrio de Chamberí, Metros Quevedo, Canal o Argüelles, MADRID)
Allí os esperamos, con voz y palabra, con música y espectáculo. Con poesía.

sábado, 9 de noviembre de 2013

LECCIÓN DE ANATOMÍA


Aquí os dejo este relato lleno de humor, amor y muerte, publicado en 2012 por Ediciones Traspiés en PervertiDos. Catálogo de parafilias ilustradas. Se titula:

LECCIÓN DE ANATOMÍA



Apostados detrás de unos setos, Hans y yo pudimos observar sin ser vistos la culminación del trabajo del profesor Heinrïck. Bañado por la luz de su linterna, el ataúd desenterrado se revelaba siniestro. Heinrïck desenclavó la tapa con ayuda de una palanca. La arrojó lejos, descubriendo el cuerpo aún fresco de una joven que debía haber muerto hace poco. Cuando se aflojó los tirantes y procedió a desabotonarse los pantalones supimos lo que iba a hacer.
Escuchamos los primeros ardores necrófilos del profesor sobre aquel desdichado cadáver. Hans, divertido ante mi estupefacción, me lanzó una de sus miradas mordaces. Luego alzó la voz.
–¡Buenas noches, profesor!
Sorprendido, Heinrïck levantó los ojos, encontrándonos tras los setos, a unos pocos pasos de la escena.
–¡Ehhh, vosotros! –aulló–. ¿Qué diablos hacéis aquí? ¡Me las vais a pagar todas juntas! ¡Estáis muertos, muertos!
Y se abalanzó sobre nosotros, aunque su carrera se vio dificultada por el hecho de llevar los pantalones a la altura de la rodilla. Un impulso erróneo propició el desafortunado tropiezo del profesor, que fue a dar con su cabeza sobre el canto de una lápida, desplomándose en el acto.
Hans prorrumpió entonces en sonoras carcajadas. Acercándose al cuerpo lo tocó con la punta de la bota.
–Mala suerte, profesor. La próxima vez… asegúrese bien los pantalones… ja ja ja.
–Pero ahora qué hacemos. No podemos dejarlos aquí.
Entonces Hans cortó de un tajo su risotada y me miró pensativo.
–Tienes razón, querido –me dijo palpándose el cinturón-. Terminemos el trabajo.

jueves, 17 de octubre de 2013

DE MESES Y DÍAS, DE ALMANAQUES Y HEMISFERIOS


Las fechas se superponen y proyectan, los días pasan y se revuelven en el giro, como la gotas derramadas por colmar el vaso de los meses, de los años. Pero la rueda gira y vuelve a terminar en el principio, y los meses se acomodan en cada estación, y los días son un nombre atizado por el frío verano y el sol poniente. En este almanaque de versos compartidos en dos hemisferios, versos que giran cada cual a su modo, siguiendo la pauta del efecto Coriolis. 
Os toca descubrir a vosotros, lectores, a qué lado del ecuador, a qué lado del océano está el poema, porque la magia de este trabajo transatlántico conjunto del argentino Daniel Erne y la madrileña Arantxa Oteo consiste en obviar sus propios nombres, para que los días y los meses distintos sean a la vez lo mismo mientras el planeta gira. De meses y días, almanaque de versos, ilustrado con maestría por las imágenes de José Naveiras, editado con amor y calidad certera por LVR[ediciones
Os toca descubrir este libro, ahora que podéis, ahora que Daniel Erne ha cruzado el charco para reunirse con Arantxa Oteo y José Naveiras en una serie de presentaciones. ¿La próxima? Este viernes 18 de octubre, a las 20:00 horas, en los Diablos Azules (c/ Apodaca, 6, Metros Tribunal y Bilbao, MADRID). Acompañados por Felipe Zapico Alonso, Ana Pérez Cañamares, José Antonio Pamies, Teresa Naranjo y Mariano Crespo.
Un lujo, ¿no?
Pues no os lo perdáis.
Más info pinchando aquí.
 

martes, 8 de octubre de 2013

LA NOCHE SE MUEVE: (VI: ANESTESIA)


Algo ha sucedido con mi cuerpo. Extrañas hinchazones lo acaparan. Dolor, intolerable dolor. Un hombre enguantado se acerca. Asombra el ardor de su mirada. Sus manos levantan el escalpelo maldito que viene hacia aquí. Me agito en la inmovilidad de la cama, impotente ante las ataduras abrasivas, aúllo y me resisto cuando aparta la sábana y palpa cuidadoso una de las protuberancias. Entonces me traiciono y le escupo en mitad de la frente:
-¡Eh, oiga! No ponga sus asquerosas manos sobre mí.
Perplejo, aquel hombre se limpia el rostro.
-Ha reaccionado. Justo a tiempo. Esto parece irreversible. Vamos muchachos, hay que darse prisa, es la hora.
Y abandona la sala mientras otro individuo suspende sobre mi rostro la mascarilla anestésica.

Si quieres conocer el resto del relato, aquí tienes los enlaces:

La noche se mueve (I: Algo se mueve)
La noche se mueve (II: Minotauro)
La noche se mueve (III: Diagnóstico)
La noche se mueve (IV: Un nombre en un susurro)
La noche se mueve (V: Pastilla verde, roja, azul)


jueves, 3 de octubre de 2013

LOS POETAS DE LA VIDA RIMA


Desde que formo parte de La Vida Rima me han pasado muchas cosas, casi todas buenas: he dado rienda suelta a las palabras y a la imagen, he compartido espacio y voz con grandes artistas, he cruzado "Al Otro Lado del Espejo", he escrito, reescrito y desescrito lo habido y por haber, me he convertido dos veces en padre y además mis sueños se han hecho Realidad. ¿Quién lo iba a decir?
Recuerdo el lema de la asociación: "Buscar la felicidad a través del arte". Y sí, a pesar de las dificultades cotidianas que nos rodean, a pesar de los cataclismos vitales y las corrientes que nos arrastran, tener tan cerca a La Vida Rima y sentir la amistad y el instinto poético suicida de sus miembros en pos de su objetivo me ha permitido rozar esa esquirla de alegría momentánea y casi perfecta. 
El ámbito de La Vida Rima se ha desarrollado en varios campos, pero aquí quiero destacar su faceta editorial, que empezó con "Es hora de embriagarse (con poesía)" y "Al Otro Lado del Espejo" y se materializó con fortuna en la microeditorial de poesía (y otras hierbas) LVR[ediciones, capitaneada por los incombustibles José Naveiras y Eva Gallud, a los que estaré siempre agradecido por atreverse a publicarme.
Ahora que ya ha pasado un tiempo La Vida Rima quiere festejarlo con un gran encuentro poético en el que estarán (estaremos) algunos de los autores ya publicados al lado de los que lo harán en breve. Será algo genial, eso seguro.
Allí, entre otros muchos, estarán (estaremos, sí) Nacho Aldeguer, Arantxa Oteo, Ángel Muñoz, Óscar Aguado, Leire Olmeda, Francisco J. Casado, Patty de Frutos (desde Canadá with love), Lidia Litrán, Eva Gallud, José Naveiras y un tal Luis Morales, haciendo lo que saben (sabemos) hacer. 
¿Dónde y cuándo?
En la Sala Triángulo (c/Zurita, 20, Lavapiés, MADRID), el lunes 7 de octubre de 2013, sobre las 21:30 horas. 
Sed felices. Os esperamos. La vida rima, no os lo perdáis.

lunes, 30 de septiembre de 2013

HIJOS DE CAÍN


Vamos a ver si lo he entendido. Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso y tuvieron dos hijos, Abel, el buen pastor, y Caín, el agricultor fratricida. Caín mató a Abel. Después fue señalado y protegido por una marca y fundó la primera ciudad. Por así decirlo, es el padre de la civilización. La agricultura triunfó sobre el pastoreo, el sedentarismo sobre la trashumancia. Así que Dios quiso que fuéramos hijos de un asesino y no de un santo. Pues vaya mierda, casi que prefiero descender del mono.
Pero cómo se reprodujo el tal Caín. Los intérpretes y exégetas de los textos sagrados se inventaron una tercera hermana para solucionar la papeleta y cerrar el triángulo necesario en todo melodrama. El asesino se quedó con la chica y santas pascuas. Lo dicho, prefiero el mono.
Toda religión tiene sus fábulas para embaucar al pueblo. Sus leyendas sobre la creación y el origen, sus metáforas, si se quiere, para explicar, extender e imponer una ideología particular sobre las demás.
Y así deberían ser entendidos la Biblia, El Corán, la Torá, como historias, no como Historia.
Y sin embargo hay gente que se devana los sesos buscando la ubicación geográfica del Edén, científicos que taladran el hielo del Polo Norte para encontrar pruebas de un Diluvio Universal. Los textos sagrados de las principales religiones han servido (y aún sirven) para identificar el mal con la mujer, menospreciándola y sometiéndola. Y las serpientes tampoco han salido bien paradas. Ni los pueblos, claro está. Con el asunto de la marca de Caín se ha estigmatizado a los que había que dominar. Los devotos negreros cristianos aludían a esa marca para justificar la esclavitud y otras tropelías cometidas en África. La misma idea idiota emponzoñaba (y emponzoña) los débiles cerebros de los miembros del Ku Klux Klan y de numerosas organizaciones racistas. Y qué decir de los propios judíos, estigmatizados, marcados desde siempre por esos cristianos viejos europeos, condenados al éxodo, al ghetto, al pogrom y finalmente al exterminio nazi. Hijos de Caín asesinándose como hermanos. Dicen que hubo tres hijos de Abel, defensores a ultranza de la no violencia: Jesucristo, Gandhi y Martin Luther King. Ya sabemos cómo acabo su sueño. Lo dicho, sí, prefiero descender del mono.
En cuanto a lo de que Caín mató a Abel con la quijada de un asno, resulta que ese objeto no aparece por ninguna parte. Los textos sagrados no lo nombran en absoluto. ¿Una nueva interpretación, otra mistificación hecha a medida?
Me temo que el creer o no creer seguirá siendo una cuestión de fe.
La quijada fue utilizada en África, de donde pasó a Perú, como instrumento de percusión. Su sonido particular se produce por la vibración de los molares sobre el hueso al ser golpeados. Qué queréis que os diga, prefiero ese uso al otro. Ahora me voy, como buen hijo de Caín, con la música a otra parte.

martes, 24 de septiembre de 2013

VALIENTE INVERSO 2013


Este fin de semana vuelve a Madrid una de las grandes citas poéticas y editoriales independientes de los últimos tiempos, Valiente Inverso, que en esta edición de 2013 se va a desarrollar a lo largo de dos días y en dos frentes. 
El viernes 27 de septiembre, entre las 20:00 y las 23:00 horas tendrá lugar el Poesía Festival en la Sala Clamores (c/ Alburquerque, 14, Metro Bilbao, MADRID), en el que participarán autores de la talla de Luis Ramiro, Carlos Salem, Escandar Algeet, Karmelo C. Iribarren, Sergio C. Fanjul, Mario Tardón, Olaia Pazos o Daniel Orviz. Además, para aliviar la resaca de poesía podríais continuar la sesión en la Fiesta Outverso que se desarrollará a continuación en los Diablos Azules (c/ Apodaca, 6, Metro Tribunal, MADRID).
El epicentro se trasladará la mañana del sábado 28 de septiembre al Centro Cultural Casa del Reloj (Paseo de la Chopera, 6-10, Metro Legazpi MADRID), en la que, a partir de las 12.00 horas se llevará a cabo la Feria de Publicaciones, un encuentro de más de cincuenta editoriales, con talleres, recitales de poesía, actividades para niños, coloquios, mesas redondas y firmas de autores, además de un interesante encuentro con ilustradores.
Allí estaré yo también, a partir de las 16:00 horas, firmando ejemplares de Realidad, (mi primer poemario en solitario publicado por LVR[ediciones (a la venta en La Clandestina Online y en Palimpsesto 2.0), al lado de otros autores de la editorial como Néstor Villazón, Nacho Aldeguer o Leire Olmeda, bajo la atenta mirada de nuestro editor (y también escritor) José Naveiras. Y de muchos otros más. Pinchad en el enlace para ver la nómina de autores.
Miles de gracias a Marcus Versus y Rodrigo Córdoba, organizadores de Valiente Inverso, por seguir luchando por la poesía y la edición independiente de este modo tan rotundo y admirable.
Será un placer estar allí. Os espero.
Toda la info en http://www.valienteinverso.es/

lunes, 23 de septiembre de 2013

SIN


Sin ZERO
sin agua
sin sed
sin sal
sin sol
sin aire
sin luz
sin ley
sin love
sin tierra
sin don
sin dar
sin dios
sin fuego
sin ti
sin mí
sin yo
sin pausa
sin paz
sin pan
sin por
sin vida
sin nada
sin ZERO
sin ser
sin voz

miércoles, 18 de septiembre de 2013

HARÉ UN VERSO SOBRE ABSOLUTAMENTE NADA


Ha muerto el maestro que me mostró la hermosa lengua de Oc, el hombre con el que me aproximé al Quijote, el mismo, asomado a la carreta, que volvió a contar El cuento del Grial forjado por Chrétien de Troyes, o creyó, como Cervantes, en el Tirant lo Blanc. Ha muerto el maestro, aunque a nadie le importe, aunque pocos sepan que la edición de ese Quijote que preside o pisa los papeles de casi todas las casas es la suya. Ha muerto Martín de Riquer, el maestro enamorado de las literaturas romances.
A nadie le importa, pero hace muchos años que inoculó en las venas de aquel muchacho desaliñado y hosco que iniciaba su carrera el extraño vicio de la poesía, el instinto suicida del filólogo, el olor del pergamino y el delirio cancionero y medieval. Fue él, en las páginas de aquel libro, Los Trovadores, quien abrió una de las puertas que aún siguen abiertas. 
Ahora que se ha marchado camino de Ávalon, con la rueda de juglar bajo el brazo, vuelvo a los caminos del recuerdo, vuelvo a un tiempo en el que me apasionaba aprender. Esas cosas trae la muerte.
No hay mejor homenaje, pues, que volver a hacer un verso sobre absolutamente nada, que así quiso en su tiempo cantar el primer trovador del que se tiene noticia, Guilhem de Peitieu, duque de Aquitania, y así supo ver el propio Martín de Riquer en su versión literal, que no literaria.
Aquí os dejo textos y música. Podéis encontrar más información en este magnífico enlace.



FARAI UN VERS DE DREIT NIEN


I
Farai un vers de dreit nien:
non er de mi ni d'autra gen,
non er d'amor ni de joven,
ni de ren au,
qu'enans fo trobatz en durmen
sus un chivau.

II
No sai en qual hora·m fui natz,
no soi alegres ni iratz,
no soi estranhs ni soi privatz,
ni no·n puesc au,
qu'enaisi fui de nueitz fadatz
sobr'un pueg au.

III
No sai cora·m sui endormitz,
ni cora·m veill, s'om no m'o ditz;
per pauc no m'es lo cor partitz
d'un dol corau;
e no m'o pretz una fromitz,
per Saint Marsau!

IV
Malautz soi e cre mi morir;
e4 re no sai mas quan n'aug dir,
Metge querrai al mieu albir,
e no·m sai tau;
bos metges er, si·m pot guerir,
mor non, si amau.

V
Amigu'ai ieu, non sai qui s'es:
c'anc no la vi, si m'aiut fes;
ni·m fes que·m plassa ni que·m pes,
ni no m'en cau:
c'anc non ac norman ni franses
dins mon ostau.

VI
Anc no la vi et am la fort;
anc no n'aic dreit ni no·m fes tort;
quan no la vei, be m'en deport;
no·m prez un jau:
qu'ien sai gensor e belazor,
e que mais vau.

VII
No sai lo luec ves on s'esta,
si es en pueg ho es en pla;
non aus dire lo tort que m'a,
abans m'en cau;
e peza·m be quar sai rema,
per aitan vau.

VIII
Fait ai lo vers, no sai de cui;
e trametrai lo a celui
que lo·m trametra per autrui
enves Peitau,
que·m tramezes del sieu estui
la contraclau.


Guilhem de Peitieu

HARÉ UN VERSO SOBRE ABSOLUTAMENTE NADA

I. Haré un verso sobre absolutamente nada: no será sobre mí ni sobre otra gente, no será de amor ni de juventud, ni de nada más, sino que fue trovado durmiendo sobre un caballo.

II. No sé en qué hora nací, no estoy alegre ni triste, no soy arisco ni soy sociable, ni puedo ser de otro modo, porque así fui hechizado de noche sobre una alta montaña.

III. No sé cuándo estoy dormido ni cuándo velo, si no me lo dicen; por poco se quiebra el corazón por un cordial dolor; y ello no me importa una hormiga, por San Marcial.

IV. Estoy enfermo y temo morirme; y sólo sé lo que oigo decir. Buscaré médico a mi capricho, y no sé de ninguno así; será buen médico si puede curarme, pero no [lo será] si empeoro.

V. Tengo amiga, no sé quién es: pues nunca la vi, a fe mía, ni hizo [nada] que me pluguiera ni que me pesara, y no me importa: porque nunca hubo normando ni francés dentro de mi casa.

VI. Nunca la vi y la amo mucho; nunca tuve de ella favor ni me hizo ofensa; cuando no la veo, me lo tomo en broma: no me importa un gallo. Porque sé de una más gentil y más hermosa y que más vale.

VII. No sé si el lugar hacia donde vive está en la montaña o está en el llano; no oso decir lo injusta que es conmigo, antes bien me callo; y pésame mucho que ella se quede aquí, [y] por esto me voy.

VIII. He hecho el verso, no sé sobre quién, y lo enviaré a aquel que, por medio de otro, lo enviará de mi parte hacia Peitieu, [para] que me envíe la contrallave de su estuche.

Martín de Riquer

Y ahora escuchad cómo suena en el arte del Ensemble Tre Fontane.



En Youtube.

lunes, 16 de septiembre de 2013

LA IMAGEN DEL VERANO (CINCO): EL HILO DE LA VIDA

© Fotografía de Luis Morales

Ahora que termina este verano extraño y lleno de novedades hay algo que me empuja a la rutina de revisar lo que me ha ido dejando en imágenes, como siempre, desde siempre, como si ese acto sirviera para congelar el tiempo. Y sin embargo el tiempo pasa, imparable, demostrando una vez más lo efímero de la belleza, de la felicidad, de la tranquilidad y también del dolor.
Así es, parece que hace ya un siglo desde que pulsé el botón, rodilla en tierra, o mejor dicho sobre la arena de la playa de la Barrosa, para captar a duras penas este picado de espaldas de mi hijo mientras se hacía con el control de su avión-cometa, sin pilas ni mandos teledirigidos, sin realidades virtuales ni pantallas insensibles, casi a pelo, con un simple hilo para dominar el viento.
Sin duda es la imagen del verano, de mi verano, porque en su aparente sencillez encierra muchas ideas, muchas miradas, muchos pasados: lo natural, el juego antiguo, la pasión por el cielo, por el aire y la luz del mar, las ganas de volar, el asombroso crecimiento del hijo, el niño explorando lo incierto, la juventud dominando, sí, el viento, el hombre aún ajeno a la parca que sujeta el hilo, el hilo de la vida...
De espaldas, cuando el sujeto es más vulnerable, ordena el pulsador para crear esta fantasía vertical en 3/4, robada a la realidad sin más retoques, y es bueno que así sea, culminando un camino de investigación personal que empezó hace años, la primera vez que visité el Louvre y me di cuenta de que todo el mundo fotografiaba a la Venus de Milo de frente, como si para reconocer la belleza nos sirviera más el rostro que la curva perfecta de su espalda, sí, la ligera inclinación de los hombros, la musculatura suavemente marcada en la piel de la piedra. Las esculturas clásicas fueron concebidas para ser contempladas en todos sus ángulos, y así lo han entendido la mayoría de los museos que las exponen hoy en día. Y sin embargo muchos visitantes obvian la rotonda, aniquilan el giro sin gestos, avanzan en línea recta hacia el rostro y clic, ya está, vayamos a otra cosa...
He pasado años fotografiando a las estatuas de espaldas para ver si se les escapaba un temblor, una respiración, desprevenidas. Pero también a infinidad de objetos, a muros, a espacios, a la gente. Y he descubierto, entre otras cosas, que es la mejor manera de conseguir que una imagen planificada resulte natural. 
El hilo de la vida, y este es el nombre que le he dado a la fotografía, es, por lo tanto, una cumbre en mis propios derroteros personales y, por supuesto, la imagen del verano 2013.
Que la haya presentado al Picglaze Photo Prize ha sido una casualidad y un atrevimiento del que es mejor no esperar gran cosa, como aguja en un pajar lleno de hermosas instantáneas. Ya ha pasado el tiempo de votar vía Internet por las mejores, pero si queréis verla en la sección del concurso podéis pinchar aquí. La suerte está echada en ese sentido. En el otro, el de detener la belleza y el tiempo y el viento... vosotros diréis, ahí os la dejo.

sábado, 7 de septiembre de 2013

VIAJE A ITALIA DE JOHANN WOLFGANG VON GOETHE

Goethe in der Campagna, de Johann Heinrich Wilhelm Tischbein
Este agosto he recorrido Italia de Norte a Sur, de cabo a rabo. Venecia, Roma, Nápoles, Sicilia... En 576 páginas y un solo libro. El Viaje a Italia (Italienische Reise) de Goethe me ha acompañado durante estas vacaciones con su actualidad y su recuerdo. Porque en esta lectura había mucho más que un simple acercamiento al relato de viajes. Lo único que tuve que hacer fue adentrarme en el temible laberinto de mi biblioteca y recuperar un libro que me llevaba esperando dieciséis años.
En efecto, ese es tiempo que ha pasado desde que comprara un ejemplar de Viaggio in Italia, editado por la Biblioteca Universale Rizzoli, en alguna librería de Roma, poco antes de finalizar mi propio Grand Tour por aquellas tierras. Sumergirme en esta traducción italiana del viaje de Goethe ha supuesto, pues, una doble satisfacción, en el que las etapas realizadas por el autor de Fausto se han ido poco a poco fundiendo con mis propias vivencias, ya atenuadas o sublimadas por el paso del tiempo, al ritmo de esa lengua hermana que una vez fue la lengua de mis sueños.
Siempre he pensado que para el viajero es preferible acudir a la literatura de viajes antes que a las habituales guías antes de conocer por primera vez un lugar desconocido. Sin embargo esta vez lo que he descubierto con gran placer es que la literatura de viajes, generalmente tediosa y aburrida para el gran público, cobra una intensidad y una cercanía insuperables cuando los lugares que describe el relato fueron previamente recorridos por el lector. Así ha sucedido conmigo otra vez. He vuelto a oler los canales de Venecia, a recorrer la Via del Corso, la bahía de Nápoles, Pompeya, el Vesubio, el Etna... con el mejor cicerone posible: mis propios recuerdos.

Itinerario seguido por Goethe en su viaje a Italia
El libro que narra este viaje es más bien una recopilación revisada de las cartas que Goethe envió a sus amigos y conocidos durante su estancia en Italia (1786-1788), fundidas en un texto único que nuestro metódico y ya maduro autor publicaría muchos años después (1816-1817) acompañadas de algunas reflexiones nuevas. Goethe viajó a Italia con 37 años, en la mitad del camino de la vida, por así decirlo, y no creo que este detalle sea casual. Se suele decir que realizó este viaje para librarse del sueño, la manía casi obsesiva de ver al menos una vez la cima del arte y la cultura clásicas. Y no fue una estancia breve la suya. Un año y medio, repartido a lo largo de toda la geografía italiana, un tiempo y un itinerario al alcance de muy pocos. La crítica suele incidir en que este viaje supuso el viraje definitivo de Goethe en cuanto a su modo de escribir o concebir el mundo, como si a partir de Italia el joven romántico se hubiera convertido en el adalid del Clasicismo. Sin embargo intuyo, después de leer el libro, que el cambio se había producido mucho antes. Por eso viajó, Goethe, porque quería ver con sus propios ojos aquel modelo ideal que llevaba un tiempo inspirando sus pasos.
Goethe entró en Italia con pasaporte falso y durante un primer momento mantuvo su identidad incógnita para preservar su libertad de movimientos. No quería que la fama de su nombre le obligase a responder a las numerosas recepciones y compromisos sociales impulsados por aquellos que quisieran agasajarlo, algo que desde luego rompería sus previsiones para el viaje. No quería, no, que le volvieran a preguntar por el Werther.
Accedió por el Norte, después de partir de Karlsbad y atravesar Baviera y el Tirol en un simple coche de caballos. Accedió a Bolzano y desde allí a Trento, bajó hacia Verona, recorrió el lago de Garda, pasó por Vicenza y Padua camino de Venecia, donde permaneció un tiempo y luego retomó el camino hacia su objetivo principal, llegar cuanto antes a Roma. Apenas se detuvo en ciudades como Ferrara, Bolonia, Florencia, Perugia o Asís. En la Ciudad Eterna pasó meses empapándose de una cultura que consideraba sublime, la clásica, por supuesto, pero también la renacentista, inspirada en los mismos ideales. Después se dirigió a Nápoles, y a sus obsesiones se añadió la de la Naturaleza. Visitó Pompeya y Herculano, se metió temerariamente en la boca humeante del Vesubio, acrecentó su colección de minerales, comenzó a desarrollar la atrabiliaria idea de encontrar la planta de la que desciende todo el mundo vegetal y fue conquistado por el paisaje y la luz y el mar.
Por el mar saltó a Sicilia, en una singladura que soportó con patetismo tumbado en su camarote, demasiado mareado para estar en cubierta. Recorrió la hermosa isla (Palermo, Segesta, Agrigento, el Etna, Catania, Taormina, Messina), verdadero granero de Italia, y comprobó los efectos devastadores de un terremoto reciente. Volvió a Nápoles, buscó Caserta y Paestum, y disfrutó de un verano ideal. 
Ya de vuelta en Roma, aprovechó esta segunda estancia para ampliar sus estudios sobre artes plásticas y figurativas, empaparse a fondo en la cultura grecolatina, realizar sus propios dibujos, grabados y esculturas, revisar algunas de sus obras (Ifigenia, Egmont...) y elucubrar sobre la belleza. También tuvo tiempo para experimentar en sus nobles carnes el Carnaval de Roma, actuar como corredor de arte y tener algún escarceo amoroso dignamente solventado.
Viaje a Italia es el recuerdo de ese itinerario increíble, y mucho más: una reflexión sobre la obra de arte como imitación de la Naturaleza, sobre la imposibilidad de acceder a la belleza a través de la razón. La conciencia de que, aunque el pueblo ignore a los escritores y a los artistas en general, son estos los que con sus imágenes, sus pinceladas o sus palabras pueden inmortalizar para siempre las costumbres, las esperanzas y las ruinas. Los primeros apuntes sobre una nueva forma de contemplar la obra de arte en un entorno cuidado (ubicación, iluminación...). El uso del dibujo como elemento plástico para guardar los recuerdos de todo un viaje (en un tiempo sin cámaras fotográficas). La aventura que significaba entonces recorrer Europa. Y la extraña sensación de haber vivido, siglos después, tantas experiencias y sensaciones parecidas.
Goethe estaba convencido de que para seguir su camino tenía que buscar la manera de acceder a la belleza a través del estudio, y que eso sólo era posible en Roma. No sé hasta qué punto consiguió su objetivo. El hecho es que su estancia en Roma fue un hito importante en su vida. Lo mismo que para la mía. A este respecto os dejo aquí un fragmento del final del libro (no soy un spoiler, todo el mundo sabe que algún día Goethe tendría que volver a casa), en el que Goethe recorre por última vez, bañado por la luz de la luna, el Foro Romano, en una noche de melancolía y unos lugares en que resuenan también mis propios pasos.

Después de unos días transcurridos para distraerme, pero no sin dolor, una tarde di una vuelta por Roma acompañado por un pequeño grupo de amigos. Después de recorrer por última vez el Corso, ascendí el Campidoglio, que se erguía como un palacio encantado en la soledad de un desierto. La estatua de Marco Aurelio me trajo a la memoria al comendador de Don Giovanni, y me hizo comprender que estaba meditando algo extraordinario. Con todo esto descendí por la escalinata posterior. Y he aquí ante mi rostro el arco del triunfo de Septimio Severo en la tiniebla más oscura, proyectando a su vez las sombras más negras; los objetos que bien conocía me parecieron entonces, en la soledad de la Via Sacra, extraños y fantásticos. Pero cuando me acerqué a las veneradas reliquias del Coliseo y lancé la mirada a su interior a través de la cancela, no puedo esconder que me recorrió un escalofrío y me apresuré a volver sobre mis pasos. 
Las grandes masas producen siempre una impresión singular, teniendo al mismo tiempo algo de sublime y algo tangible a lo que aferrarse; en aquellos paseos nocturnos he hallado de algún modo la explicación, el resumen perfecto de todo mi tiempo en la Ciudad Eterna.
GOETHE, J.W.V., Viaje a Italia

martes, 3 de septiembre de 2013

LA BUENA PRESENCIA O EL IMPERIO DE LAS BARBAS


¿A qué llaman buena presencia? Cuando busco trabajo no dejo de encontrarme, al final de unos requisitos dignos de Leonardo da Vinci, la famosa coletilla. Buena presencia.
En principio lo asociaba a ir bien vestido, olvidar los pantalones caídos, esconder los tatuajes, cortarme la melena y lucir un rostro afeitado más suave que el culito de un bebé. De ahí que siempre justificara mis fracasos en el desastrado aspecto de mi barba, que llevo defendiendo ya hace tiempo.
Pero no, parece ser que no, la barba está de moda. A mitades del pasado agosto, mientras intentaba atravesar muchedumbres en la estrechez de la calle de Calatrava durante las fiestas de La Paloma, no pude dejar de observar la increíble y desasosegadora profusión de barbas. Barbas largas, barbas cortas, desaliñadas, doctas, de tres días, hirsutas, sedosas, barbas beatnik, barbas con rastas, kilométricas, barbas piratas y cuatro pelos, y perillas, jesucristos, decimonónicas, carpetovetónicas barbas blancas, o cuidadas, afinadas, casi imperceptibles barbas. Hombres con barba, mujeres con barba, niños esperando el nacimiento de la barba, papanoeles sudando la gota gorda, barbas de ganchillo esperando ser compradas.
Fascinado por mi falta de originalidad, solo pude pensar en el concepto de la buena presencia. Se me ocurrieron varias opciones más o menos probables sobre el actual estado de las cosas:
1ª - En Madrid no trabaja nadie ni hay esperanzas para un día llegar (o volver) a hacerlo, con la consiguiente relajación en la higiene del rostro.
2ª - La barba está de moda, es trendind topic en Twitter, nos gusta en Facebook, la podemos compartir en Pinterest. El canon de la belleza está cambiando. Depilados por dentro, barbados por fuera, tipos duros, de esos que ocultan cicatrices o granos o miedos tras el vello facial, el más púbico (digo público) de todos. Incluso nuestro amado presidente lleva barba. Incluso nuestro veneradísimo jefe de la oposición. Artistas, deportistas, malabaristas y comisarios de la Unión Europea desafían las caducas leyes de la decencia. Y, por supuesto, no hay publicidad que se precie en la que no aparezca el primordial y súper barbado hipster (a ser posible acompañado por un par de gafas gigantes) para vendernos su buen rollito y sus pepinos, su cerveza negra sin alcohol o su cerdo volando. Cosas de la modernidad.
3ª - Estamos en plena decadencia del sistema. La adopción de la barba es un signo inequívoco. Ya sucedió una vez, en Roma. A partir del siglo II d.C. los emperadores romanos, que hasta entonces se presentaban bien afeitaditos ante sus súbditos, adoptaron el uso de la barba al estilo griego, con la consiguiente imitación por parte de un pueblo que amaba a sus líderes. El primero fue Adriano, con el fin de tapar ciertas antiestéticas marcas de viruela, y aquello tuvo un éxito sin precedentes que duró hasta los tiempos del emperador Constantino. Luego se mantuvo, ya en plena decadencia, por influjo de los pueblos bárbaros, que presionaban cada vez más en las peluquerías de las fronteras. El último emperador romano de Occidente, el inconsistente Rómulo Augústulo, lucía barba el día que entregó para siempre la Ciudad Eterna.

Conclusión: tal vez estemos a las puertas de una nueva Edad Media. O quizás se trate tan solo de una moda pasajera. El caso es que cuando esto pase y todos vuelvan a confiar en su buena presencia es bueno que alguien tan original y auténtico, tan poco apegado a las modas como el que escribe mantenga su barbarroja, como símbolo de un tiempo que, para bien o para mal, ya se marchó.

miércoles, 28 de agosto de 2013

ADIVINA QUIÉN VIENE ESTA NOCHE (POEMA PARA CINÉFILOS)


Amanecer.
La tierra.
La palabra.
La familia.
Raíces profundas.
El espíritu de la colmena.
El bosque animado.
Fresas salvajes.
Senderos de gloria.
Esplendor en la hierba.
Los mejores años de nuestra vida.
¡Qué bello es vivir!
Cantando bajo la lluvia.
Vive como quieras.
La gran ilusión.
La aventura.
El resplandor.
La quimera del oro.
El viaje a la Luna.
El imperio del sol.
El mayor espectáculo del mundo.
La dolce vita.
Charada.
Fantasía.
Metrópolis.
Luces de ciudad.
El apartamento.
El pisito.
El cochecito.
Carros de fuego.
Tiempos modernos.
Primera plana.
Vidas cruzadas.
El lector.
La lectora.
Breve encuentro.
Extraños en un tren.
La regla del juego.
Sin aliento.
Vértigo.
Frenesí.
El color del dinero.
El salario del miedo.
Un tranvía llamado deseo.
El año que vivimos peligrosamente.
Ser o no ser.
El sueño eterno.
Lo que el viento se llevó.
La profecía.
Los pájaros.
El nido de las águilas.
Matar a un ruiseñor.
Alguien voló sobre el nido del cuco.
El hombre tranquilo.
El hombre que sabía demasiado.
El hombre que pudo reinar.
El hombre invisible.
Recuerda.
El cartero siempre llama dos veces.
Recuerda.
Gigante.
Perdición.
Recuerda.
El golpe.
Los cuatrocientos golpes.
La jungla de asfalto.
Cuando ruge la marabunta.
La sombra de una duda.
La ventana indiscreta.
Las uvas de la ira.
Marcado por el odio.
Rebelde sin causa.
Peligro inminente.
Obsesión.
Sospecha.
Angustia.
La tentación vive arriba.
Recuerda.
La gran ilusión.
La gran mentira.
La trama.
Avaricia.
Intolerancia.
Acoso.
Sabotaje.
Sed de mal.
Repulsión.
Perversidad.
Malas calles.
Grupo salvaje.
Fraude.
Psicosis.
Al borde del abismo.
La ciénaga.
La senda tenebrosa.
El bosque petrificado.
El coloso en llamas.
La parada de los monstruos.
El ladrón de bicicletas.
El mensajero del miedo.
La ley del silencio.
La noche del cazador.
El verdugo.
El ángel exterminador.
El silencio de los corderos.
Los otros.
Los olvidados.
Los chicos del maíz.
Náufragos.
Sin perdón.
En busca del arca perdida.
No es país para viejos.
El eclipse.
En el calor de la noche.
La noche.
La soledad.
Con la muerte en los talones.
Al final de la escapada.
Por quién doblan las campanas.
El crepúsculo de los dioses.
Más dura será la caída.