Lejos la noche, perdida en un abismo
sin descanso, lejos, porque fuera nada existe.
Aire que obsceno codicia respirarme aquí,
donde las hadas carnívoras breves.
Si es este el pensamiento, que no acuda.
Yo en el reflejo del vidrio, al otro lado yo,
primeros pasos, ciudad vacante, adiós
a la marea de bullicio, adiós a todo,
mártires ajados poblando las esquinas,
camino y no puedo remediarlo, ha vuelto,
ha vuelto ya el futuro exento.
Las viejas cosas, intactas, oscilan.
Yo dueño, inservible, animal de costumbres.
Si es este el pensamiento, que no acuda.
Gran almacén desierto: la vida inocente en el grito.
Recuerdo: correspondencia seleccionada, de Ray Bradbury
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Uno de mis géneros favoritos es la correspondencia de los escritores. Aquí
el editor la ha distribuido por temas (no por orden cronológico, que es lo
...
Hace 4 horas
impresionante.
ResponderEliminarme dejas sin palabras.
B.