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jueves, 10 de febrero de 2011

IN TABERNA QUANDO SUMUS


Uno de los más famosos poemas "goliardescos" encontrados en el manuscrito (del siglo XIII) de la abadía Benediktbeuern, más conocidos posteriormente como Carmina Burana e inmortalizados en forma musical por Carl Orff. ¿Os inspira?

IN TABERNA QUANDO SUMUS (VERSIÓN LATINA)

In taberna quando sumus,
non curamus quid sit humus,
sed ad ludum properamus,
cui semper insudamus.
Quid agatur in taberna,
ubi nummus est pincerna,
hoc est opus ut queratur,
si quid loquar, audiatur.

Quidam ludunt, quidam bibunt,
quidam indiscrete vivunt.
Sed in ludo qui morantur,
ex his quidam denudantur
quidam ibi vestiuntur,
quidam saccis induuntur.
Ibi nullus timet mortem
sed pro Baccho mittunt sortem.

Primo pro nummata vini,
ex hac bibunt libertini;
semel bibunt pro captivis,
post hec bibunt ter pro vivis,
quater pro christianis cunctis,
quinquies pro fidelibus defunctis,
sexies pro sororibus vanis,
septies pro militibus silvanis.

Octies pro fratribus perversis,
nonies pro monachis dispersis,
decies pro navigantibus,
undecies pro discordantibus,
duodecies pro penitentibus,
tredecies pro iter agentibus.
Tam pro papa quam pro rege
bibunt omnes sine lege.

Bibit hera, bibit herus,
bibit miles, bibit clerus,
bibit ille, bibit illa,
bibit servus, cum ancilla,
bibit velox, bibit piger,
bibit albus, bibit niger,
bibit constants, bibit vagus,
bibit rudis, bibit magus.

Bibit pauper et egrotus,
bibit exul et ignotus,
bibit puer, bibit canus,
bibit presul et decanus,
bibit soror, bibit frater,
bibit anus, bibit mater,
bibit iste, bibit ille,
bibunt centum, bibunt mille.

Parum sexcente nummate
durant, cum immoderate
bibunt omnes sine meta,
quamvis bibant mente leta;
sic nos rodunt omnes gentes,
et sic erimus egentes.
Qui nos rodunt confundantur
et cum iustis non scribantur.
Io!

CUANDO EN LA TABERNA ESTAMOS

Cuando en la taberna estamos,
no nos preocupamos de lo que nos espera,
sino que nos apresuramos hacia el juego,
por el cual siempre sudamos.
Lo que se hace en la taberna,
donde el dinero es el que trae las copas,
esto es lo que es necesario averiguar,
así que escuchad lo que os voy a decir.

Unos juegan, otros beben;
algunos se dedican indistintamente a ambas cosas.
Pero entre los que se dedican al juego,
de éstos, unos son desnudados
y otros allí mismo se visten;
algunos se visten con sacos.
Allí nadie teme a la muerte,
sino que confían a Baco su suerte.

Primero, por la rica tabernera;
en honor a ella beben los hombres libres.
Una vez más, por los cautivos;
después, beben tres veces por los vivos;
cuatro, por el conjunto de los cristianos;
cinco, por los fieles difuntos;
seis, por las hermanas frívolas;
siete, por los caballeros salvajes.

Ocho, por los hermanos pervertidos;
nueve, por los monjes separados;
diez, por los navegantes;
once, por los que disienten;
doce, por los penitentes;
trece, por los caminantes.
Tanto por el papa como por el rey,
beben todos sin ley.

Bebe la señora, bebe el señor,
bebe el soldado, bebe el clérigo,
bebe aquél, bebe aquélla,
bebe el siervo con la criada,
bebe el activo, bebe el perezoso,
bebe el blanco, bebe el negro,
bebe el constante, bebe el inconstante,
bebe el rudo, bebe el mago.

Bebe el pobre y el enfermo,
bebe el proscrito y el ignorado,
bebe el joven, bebe el viejo,
bebe el prelado y el decano,
bebe la hermana, bebe el hermano,
bebe la abuela, bebe la madre,
bebe ése, bebe aquél,
beben ciento, beben mil.

Poco duran seiscientas monedas
cuando inmoderadamente
beben todos sin límite,
por mucho que beban con espíritu alegre.
Así, nos critica todo el mundo,
y así seremos pobres.
¡Que se condenen los que nos critican
y no sean inscritos con los justos!
¡Bien!


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