Un ojo aguarda aquí,
una gruta donde brilla
la locura fugitiva,
donde el camino es urdimbre.
Hay algo que delata su presencia
siempre que viajo, avizor,
buscándolo,
un signo,
una raíz mortal,
una desesperada impronta,
un amor de laberinto.
De nada ha de servir
para ocultarlo
la salvaje violencia
con que la yerba crece aquí,
el ojo es de un color particular
y jamás se transparenta.
Qué espera pues
para acercarse,
por qué no desafío
a quien lo esconde,
por qué no desafío
al corazón,
al corazón que miente.
La vista delatora Luis Morales El vértice inconstante Poesía Madrid
Poema del día: "La llamada", de Charlotte Mew (Gran Bretaña, 1869-1928)
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Desde nuestro asiento junto al fuego
donde hemos dormitado, soñado, observado el resplandor
o amontonado las cenizas, tan quietos que
apenas intuíamos el s...
Hace 9 horas
Extraño y misterioso poema, Luigi. Genial.
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