Aún no os he hablado de Puerto Caldera, pero ya va siendo hora de que me refiera a esta amiga y compañera de mis años universitarios como lo que es, una artista trotamundos, una actriz polifacética, una lectora infalible, una directora confirmada, una poeta como un pino..., pero además es que Puerto Caldera es una mujer que emprende, una mujer que sueña y todavía hace caso de sus sueños, que no se conforma con tenerlos sino que sabe cómo alcanzarlos. Podéis conocer todas sus caras en la magnífica web de presentación LaSGANAX.
Ahora mismo está enfrascada en varios proyectos. Uno de ellos es esta exposición que bajo el título de MuÑecAX (Exposición de Collages con muñecas de trapo) realiza ilusionada mano a mano con Longi Alonso, su madre y mejor compañera. La exposición fue inaugurada ayer 19 de diciembre de 2009 en la Taberna Lifara (c/Segovia, 16, MADRID) pero estará a vuestra disposición, allí mismo, hasta el 31 de enero de 2010.
Así presenta Puerto el camino que les llevó, a ella y a Longi, a plantearse esta sugerente exposición:
En Carpetana había tiendas de retales al peso de todas las texturas y todos los colores. Mi madre me llevaba por lo menos dos veces al año, y un pensamiento mágico nos desplazaba nada más arrancar aquel viaje largo en autobus. Apabullaba tener sólo la mañana, porque delante sorprendía la montonera de telas entre las que elegir disfrazarnos. Tampoco decaíamos a la vuelta, pues desempaquetábamos a destajo tirando de una puntita para verlo de nuevo. La inventiva por repetición se volvió impagable.
Después en casa, mi madre me hacía los vestidos, medio miXtos como los sandwiches, mezclando estilos de las revistas y de su manufactura. Y el que me hacía a mí, se lo hacía también a la muñeca de turno. Me acostumbré a jugar vistiendo y desvistiendo, haciendo hablar a todos los maniquíes, disfrazaditos como yo y de la mano por la calle. Lo que entró por la puerta fue el gusanillo de la caja iluminada del teatro, donde los objetos y las personas de una manera u otra apuntan afuera, y nos producen curiosidad y extrañeza.
Las MuÑecAX que hoy se cuelgan no quieren hablar de lo real, sino de cómo se va dejando paso a otro sentimiento cuando nos enfrentamos a un gesto poético. De la intimidad en la que estos actos tienen sentido. Las cajas funcionan a modo de instalación en una especia de recuperación de aquella acción de la infancia.
Después en casa, mi madre me hacía los vestidos, medio miXtos como los sandwiches, mezclando estilos de las revistas y de su manufactura. Y el que me hacía a mí, se lo hacía también a la muñeca de turno. Me acostumbré a jugar vistiendo y desvistiendo, haciendo hablar a todos los maniquíes, disfrazaditos como yo y de la mano por la calle. Lo que entró por la puerta fue el gusanillo de la caja iluminada del teatro, donde los objetos y las personas de una manera u otra apuntan afuera, y nos producen curiosidad y extrañeza.
Las MuÑecAX que hoy se cuelgan no quieren hablar de lo real, sino de cómo se va dejando paso a otro sentimiento cuando nos enfrentamos a un gesto poético. De la intimidad en la que estos actos tienen sentido. Las cajas funcionan a modo de instalación en una especia de recuperación de aquella acción de la infancia.
Bueno, lo dicho, ya he hablado de Puerto Caldera. Ahora os toca a vosotros conocer su obra.
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