Desde el encuentro abrupto, curvada bajo el delirio opresor de este quebranto estrófico, la habitación extática en la que alguna vez derramamos líquidos de seda, iridiscencias tristes, promisión de lenguas y caleidoscopios que acaso encubrían la luz hasta hacerla espejo, pero con la inconcebible agudeza del puñal que atraviesa su destino sobre un vértice en el que acaban los mapas, un aterrador dogma que se aboveda en los ojos y las madrugadas.
Tal es la sonoridad del recuerdo. Pieles como muros, moles de sangre antigua, extravertidos pezones, grosor de espuma nutriendo una verga intacta, alguien que olvida girarse mientras el orgasmo asedia el cuerpo.
Iguales a un dios de enormes glóbulos y expertos balanceos, la ausencia y la rabia cautivan con su lóbrego nombre a las bocas hemisféricas y a los amantes depuestos.
Luis Morales Poesía Realidad Rabia
Poema del día: "Relámpago", de Mary Oliver (Estados Unidos, 1935-2019)
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Los robles destellaron
un pálido dorado
sobre el filo
de la tormenta antes
de que el viento se levantara,
su boca sin forma
se abriera y comenzara
su aulli...
Hace 13 horas
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