Temblaron los pétreos párpados
cuando estallaba aquí la tormenta,
desfilaban como estatuas
desprendidas de la tierra,
la perplejidad del rito me confundía
después de tanto olvido,
y pájaros de fuego me atravesaban,
encontrándome al fin, abatidísimo.
Ecos repartidos y fulgores
resonando sobre el mar
descubrieron aquel tiempo,
aquel sueño infinito y doloroso
que asolaba los rostros más que el rayo.
Cesó la lluvia y el silencio
no retuvo más este lento amanecer.
Fulgores, fulgores resonando
en la ondulación del aire,
fulgores tan lejanos como el Nombre
que se agita, ajeno a todo,
haciendo temblar a los intrépidos.
Cada uno es un misterio.
Poema del día: "Es en la muerte esperada...", de Yves Namur (Bélgica, 1952)
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Es en la muerte esperada
Y en la muerte que pronuncio,
Es allí donde reposa quizá
Lo que está en lo más profundo
Y lo que es también lo profundo de mí mis...
Hace 8 horas
y tanto que lo somos
ResponderEliminarhasta para nosotr@s mism@s
hace mucho que no te veo!!
mua