Sobre nosotros arrojaron las estrellas ardientes,
la fosforescencia solemne de las esferas.
Anda niño, come y calla.
El acero forjado en el rayo, la salvación al alcance,
la lengua vestal e inmunda que mistifica el parto,
los dedos aceitados del tedioso mensajero sangre y oro se desplazan.
Intercesores, tomad por mí otra decisión de hombre sobre hombres
dispuestos a escuchar a los que mandan,
otra hiel, de hombre bajo hombres,
dispuestos a comerse a los que oigan.
La pulpa desvirgada rasgó el velo,
el ser había roto una cabeza,
altiva voz, destinos-nombre se esparcieron por el aire,
una mano intocable que fue desconcertando el cielo:
ojo que todo lo ve, sueño de altura,
tierra prometida, paraíso ausente.
Anda niño, come y calla.
Cuero castigando la espalda nos trajeron,
flagelo para el librepensamiento,
estornudo vil divino, río ensangrentado y seco.
¡O doctos exegetas, interpretad revelación a vuestro modo!
Ralas barbas acarician pergaminos, gris brillante gris sesuda calva,
extraños rizos atraviesan pegajosos manuscritos
mientras ratas y carcomas amenazan las ringleras,
las trincheras horadadas por flautistas en los libros.
Panduro pantocrátor, pandero pantomima pan pangea,
dádmelo ahora mismo todo, doctos panaderos exegetas.
En mundos ignotos los nombres de los héroes irrumpen
siempre por todas partes,
planean adueñarse de nosotros como imágenes:
la mentira condicionando el cosmos, la vida variable al pie de la escalera.
¡Por dios! En el nombre de…
los doce siete nueve tres en uno,
de los budas muecines capuchinos,
de la letra la parábolacertijo,
de la oscura melodía de difuntos,
de los burkas los cilicios los orgullos,
de las cruces los mandalas las colmenas,
de las tribus las costumbres los poetas,
de los bárbaros sentidos absolutos,
de los años, de los siglos, de los días,
de la histérica canción deficitaria,
de la vieja que se rasca en la homilía,
del pecado original de las becarias.
En el nombre de esta mierda come y calla, niño,
que así nos lo aconsejan sabias mentes, vergas varias.
Anda niño, come y calla,
vamos, venga, come y calla.
Luis Morales Poesía
Poema del día: "Hormigas", de Jacinto Fombona Pachano (Venezuela, 1901-1951)
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Las torres y los edificios
más viejos y más altos, creían
que todo era de dulce.
...Por las hormigas.
Que bastaban unas cuantas gotas
en el mapa...
Hace 6 horas
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