Gernika tras las bombas
Fuga de tiniebla clara,
haz que se persigue
entre las sombras,
la ciudad sonora calla.
Si una hinchazón de nubes
o la cascada de la noche solitaria
y oscilante no bastasen
para hacer de mí otra existencia,
si la espera en los semáforos
y los ojos de un reloj ya no estuvieran,
qué confianza quedaría
por saldar aún, para soñarse entero.
Caballo. Ardid.
Insomnio. Fuego.
Lentitud. Ardiente.
La línea se desplaza
en la distancia,
los actos son de luz
de madrugada.
Plúmbea como nunca,
la ciudad sonora calla.
Luis Morales Poesía La memoria enmascarada Ardid , ciudad ardiente
Poema del día: "Molly House", de Dimas Prychyslyy (Ucrania, 1992)
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Ni era el Mother Clap ni estaba en Holborn.
Sonaba una música extraña
que no cabía en el recuerdo,
los hombres eran negras sombras
que se deslizaban por la...
Hace 20 horas
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