Uno de los primeros sonetos de Petrarca que llegaron literalmente a mis oídos, el XXXV del Canzoniere. Aún recuerdo a la doctora Pepe recitándonoslo con parsimonia en una clase de literatura, aquella tarde romana y extraña de hace ya tanto, tanto tiempo. Poemas, los de Petrarca, que hay que conocer, sin duda, antes de ponerse a escribir. Como los de tantos otros...
SONNETO XXXV
Solo e pensoso i più deserti campi
vo mesurando a passi tardi e lenti,
e gli occhi porto per fuggire intenti
ove vestigio uman l'arena stampi.
Altro schermo non trovo che mi scampi
dal manifesto accorger de le genti,
perché negli atti d'alegrezza spenti
di fuor si legge com'io dentro avampi:
sì ch'io mi credo omai che monti et piagge
e fiumi et selve sappian di che tempre
sia la mia vita, ch'è celata altrui.
Ma pur sì aspre vie né sì selvagge
cercar non so ch'Amor non venga sempre
ragionando con meco, et io co·llui.
PETRARCA, Francesco, Canzoniere (Circa 1337)
SONETO XXXV
Solo y pensativo, los campos más desiertos
voy hollando con pasos tardos y lentos,
con los ojos bien abiertos para huir
de cualquier vestigio humano dejado en la arena.
No encuentro otro medio que me sustraiga
de la manifiesta atención de la gente,
pues en los actos destemplados
bien puede leerse que por dentro ardo.
Así que creo que montes y llanos,
ríos y bosques sabrán ya lo que me atempera
la vida, aquello que pretendo ocultar a los demás.
No encuentro rincón áspero y salvaje
al que Amor no acuda siempre
a hablar conmigo, y yo con él.
PETRARCA, Francesco, Cancionero (Hacia el 1337)
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