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lunes, 22 de marzo de 2010

SERPIENTE


La serpiente succiona nuestros íntimos secretos,
abrazada a la médula progresa y ávida destruye,
puede que no sepa dónde está.
El pánico traiciona los deseos,
la reina deja fuera del tablero a los alfiles.
Vano abrir la boca,
nuestra furia es una rata que muy pronto
la serpiente fagocita.
Ahora
los cuerpos se agolpan
esperando la multitudinaria estampa.
Estoy desnudo, quepo en una caja llena de electrodos.
La luz roja se enciende y no puedo obtenerte,
sólo mostraría lo que quiero, pero aquí todo cambia.
Dime si sientes lo mismo.
La bestia se agita entre las piernas y amenaza.
Adivino los ojos de otros. Eliges la punta certera.
Nada más podrá salvarme.
Pérfida escama se aloja en la mordedura incompleta,
surgen alas de momento para eludir el jaque,
salto al otro lado de la puerta y huyo.
Nuestra furia es una rata, cafeína.


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Dádle voz al oráculo