Respiro una inocencia letal
bajo las aguas amargas,
lleno del quizás habrá otro lado.
Glóbulos de oxígeno ardiente
resbalan: allá va –lejos- la herida.
Vuelco submarino inanimado,
viro el descontrol entre las vueltas.
La máscara abisal advierte el ojo
cristalino: no tienes sueño.
La sombra pudo verme anclado al fondo,
en mitad de un vuelo, centrífugo.
Pero allá donde los sentidos engañan
se realizó todo como un espacio que acecha.
Ya sé, la noche de la juventud es disonante,
que no puedes regalarle la verdad
al único tenaz superviviente,
a aquél que va queriendo deslindarse,
trazado en un murmullo de la esfera.
Luis Morales Alguna fe Poesía Zero
Poema del día: "Molly House", de Dimas Prychyslyy (Ucrania, 1992)
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Ni era el Mother Clap ni estaba en Holborn.
Sonaba una música extraña
que no cabía en el recuerdo,
los hombres eran negras sombras
que se deslizaban por la...
Hace 20 horas
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