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jueves, 8 de agosto de 2013

LEE, RESISTE


Lee, resiste, y si tienes hijos, que sepan que lees, que vean que lees, que te gusta leer. Lee con ellos, desde que son bebés, y cuando ya sepan hacerlo por si mismos, guía sus pasos sin agobiarlos demasiado, habla de tus libros, tus personajes favoritos, llévatelos a la biblioteca, que aprendan a usarla, y a las librerías, a los mercadillos de libros, que los toquen, que los huelan. Que los libros sean algo tan habitual como el cepillo de dientes. Que no sean una imposición escolar. Déjales ese legado en forma de hábito.
La lectura les permitirá viajar, conocer el mundo, mejorar su expresión, aumentar su vocabulario y capacidad crítica, les permitirá, en definitiva, ser tolerantes con la diferencia, libres y conscientes de sus decisiones, dueños de su futuro y preparados para un tiempo no muy lejano en el que casi seguro tendrán que luchar por unos derechos que ahora mismo nos estamos dejando robar. Preparados para no dejarse engañar por los líderes, por la fe que no exige entendimiento, por aquellos a los que les conviene convertirnos en dócil animal de trabajo y de consumo.
La vida es un laberinto. La lectura, una brújula que puede ayudarlos a comprenderla.
Que tus hijos lean y resistan.

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