jueves, 26 de febrero de 2009
LA VIDA RIMA EN BARCELONA
miércoles, 25 de febrero de 2009
FLECHA
Diosecillo desasosegado,
te olvidas el carcaj
después de perpetrar
lo que queda del único corazón nuestro.
Observa la divinidad casta
en cada caja metálica.
Ella estornuda y yo me persigno
sin indulgencia.
Borra tu sonrisa diabólica
donde los corderos se tatúan el signo.
No casa no a ti no.
Músculo cautivo del habla,
nota el do que certifico,
el muro en que salpican las frases,
los hombres-bala sembrados bajo el arco.
En esta tierra se descuadran
los amantes, inolvidable carne viva,
sensación maravillosa,
qué huella del infierno ver la nada.
En el polvo hay esperanza.
lunes, 23 de febrero de 2009
¿QUÉ PIENSA EL PENSADOR?
Siempre me he preguntado qué piensa el Pensador de Rodin. Acaso reflexiona sobre las mónadas, sobre la esencia y lo contingente de los fenómenos, sobre la cosa en sí o el logos, sobre las infinitas pruebas de la existencia (o inexistencia) de Dios. Tal vez se pregunta dónde está, de dónde viene o hacia dónde va. Quizá, sólo quizá, se arrepienta de su fanatismo por el Atleti o de no haber vendido el piso antes. El caso es que, en definitiva, lo que piense o deje de pensar una piedra seguirá siendo un misterio.
Sin embargo ahora podremos elucubrar sobre este problema trascendental mientras contemplamos en Madrid la magnífica escultura, que ha sido instalada en la plaza que da entrada a CaixaFórum, en pleno Paseo del Prado. Forma parte, con los seis estudios que conforman el "Monumento a los burgueses de Calais", de la exposición al aire libre organizada por la Obra Social "La Caixa", abierta al público hasta el 22 de marzo.
Reflexionemos.
viernes, 20 de febrero de 2009
HEFESTOS EN LA NOCHE MÁS FRÍA DEL SIGLO
Así que sangre
en la noche más fría del siglo,
hasta las bocas humean
un sabor de alcantarilla
(perderse en ella así,
así que sangre idéntica).
Nubes azoran el pálpito
con inquietud giratoria,
las nubes rojas que cortan,
los pasos perdidos, devastados.
No de un nombre,
hablar de un pie quebrado baste
(que defina sin saberlo,
cercándote de ingratitud
hasta allí donde me oculto yo).
Así que sangre idéntica
en la noche más fría del siglo,
líquido paralizado de una copa imperfecta,
forja de infierno enganchada a un gesto.
No me entiendes (se infiltra Malasaña
y otra cerveza me quiere destruir).
jueves, 19 de febrero de 2009
EL MUNDO DE DAVE MCKEAN
Una página para los amantes del diseño gráfico. Descubrid el fansite dedicado al arte del ilustrador Dave McKean (dibujante, entre otras cosas, de Sandman), no tiene desperdicio.
Esta es la dirección: www.mckean-art.co.uk
Y a disfrutar.
lunes, 16 de febrero de 2009
PEACE
Cuando Shepard Fairey diseñó el famoso cartel de Obama e imprimió 700 ejemplares ni se imaginaba que iba a convertir esa imagen en todo un icono del siglo XXI. La palabra que introdujo bajo la imagen fue 'HOPE', esperanza, e inmediatamente esta esperanza brotó en las mentes y los corazones de muchos americanos (y ciudadanos del mundo entero) que hasta entonces estaban perdidos e indecisos.
Me pregunto por qué no imitar al bueno de Shepard Fairey, utilizar otro rostro icónico (en este caso el de John Lennon) y buscar otra palabra de la que también andamos necesitados: PAZ.
Ahí os la dejo. Sigamos buscándola en este Planeta Imaginario.
viernes, 13 de febrero de 2009
REGRESO
Veinte años después vuelvo a la ensenada para resarcir un agravio. El tren atraviesa lento, inestable, las mismas colinas peladas, los mismos recodos aplastados por el sol, se yergue como un monstruo de leyenda sobre la cuadrícula de salinas que roba los espacios al mar. Por un instante me parece que el tiempo se ha detenido en este mundo de insalvables distancias, que todo fue siempre así, como es ahora, un paisaje plano y denso, un peso enorme del aire que condiciona la vida calmosa de los hombres, un desierto a la hora en que el calor instiga a la pereza y otros ardores. Pero entonces el vagón se precipita en el último túnel y me sorprendo sonriendo en medio de la oscuridad, palpando las arrugas de mi frente sudorosa, la textura accidentada de mis manos viejas. Nada se detiene, todo pasa. Cuando vuelve la luz mis ojos contemplan, deslumbrados todavía por el sol, la hilera de grúas en movimiento que se levantan desafiando al cielo allá donde antes existiera una pineda de silencios, largos costillares de jumento blindándose en acero con una voluntad clandestina. Crecer. Todo es nuevo para el ausente, ajeno él y ajeno todo para su memoria invisible, ciego recurso humano que sabe a recuerdo, a fotografía ajada y soñolienta. Quizá es por ello que me arrebujo en los bordes del chaleco y prefiero oscurecer mis pupilas en el ala del sombrero cuando la piedra invade el horizonte y esta serpiente que me engulle adelgaza el paso camino de la vieja estación.
Mas no. Veinte años después vuelvo a la ensenada para resarcir un agravio, regreso al punto mismo del odio para reencontrarte, acodado en una historia de mis vidas que contarte, en el día a día sempiterno, rehecho en tu recuerdo cada noche, cada momento de escritura. Regreso a retomar la profundidad de tu sexo, la luz con que tu cuerpo saludaba al mío, tan tibio y modelado como el bronce, antes del infierno. Regreso a traspasar senderos, derribar paredes, voltear el tiempo, regreso para partir esta vez contigo, desde cero.
Pero, no entiendo. Las calles son distintas tras las puertas, el asfalto sedujo a las sombras, los antiguos nombres no existen, los ojos nuevos desconocen. Busco y rebusco, ando y desando sin hallar la casa baja de cáñamo, la pradera de los limoneros, la ruta que llevaba al mar a través de los riscos; parezco un vagamundo ridículo persiguiendo el horizonte de un delirio. Comprendo. Realmente todo cambia, el armazón de los años es casi perfecto. Despierto. El tren que me devuelve una segunda vez a mi destino abandonó hace ya horas aquel lugar de desencuentros. Los llanos dejan paso a crudos relieves. Miro la valija, la abro con paciencia, extraigo de ella su único contenido, este viejo diario, esta vieja historia de mis vidas que tanto ha crecido en tu recuerdo, esta gran mentira que es contar para esperarte, escribir para soñar que te la cuento. Por primera vez garabateo mi conciencia sin más máscaras, perdida de un plumazo la inocencia que quiso para mí la mente, roto el silencio de los hechos, sabiendo de una vez que ya no existes, que tú jamás sobreviviste, que nunca más pude verte, que no tuvimos la misma suerte, que tus huesos yacerán mezclados con otros en un lugar que desconozco, que el maldito número tatuado en el brazo es imborrable.
Entonces cierro este diario para siempre, lo devuelvo a la valija que lo oculta, abro la ventana de mi compartimento y lanzo la valija por los aires, para que tenga su tumba en las alturas. Viene ya otro tunel. Tomo asiento y me recuesto cómodamente. Cierro los ojos. Prefiero proyectar la oscuridad que está aquí dentro, recrearme en la violencia ensordecedora con que el tren invade la montaña, vaciarme en este abismo hasta desaparecer. No tengo nada, ni nada quiero. ¡Qué demonios importa! …si ya estoy muerto.
VOLVER A BEBER PARA CONTARLO
jueves, 12 de febrero de 2009
REFLEX-IONES ROCK
miércoles, 11 de febrero de 2009
PECADO DE SILENCIO DE JOSÉ NAVEIRAS ( DE PRESENTACIONES Y PENITENCIAS)
José Naveiras comienza una gira por los mejores locales de Madrid para presentar su nuevo libro de poemas, Pecado de silencio, promovido por la editorial Poesía eres tú (www.poesiaerestu.com).
La primera de sus sesiones tendrá lugar este jueves 12 de febrero a las 21:00 horas en el Bukowski Club (C/San Vicente Ferrer, 25. Metro Tribunal. Madrid). Después vendrán un final de febrero y un mes de marzo cargaditos de poesía.
El poeta José Naveiras se confiesa con Pecado de silencio. Se trata de su segundo libro y apunta muy, muy lejos (al mismo tiempo que muy, muy dentro).
El libro de momento sólo se puede comprar en la web de la propia editorial (www.poesiaerestu.com) o en los recitales, pero en breve se podrá adquirir en las librerías.
ATENCIÓN: Receta para indecisos: sólo tenéis que escucharle. No vale la pena perdérselo.
martes, 10 de febrero de 2009
LA VIDA RIMA EN CONFUSIÓN
Confusión Madrid
c/Santa Isabel nº35 (Madrid)
Metros Lavapiés, Atocha o Antón Martín.
jueves, 5 de febrero de 2009
MARCO O EL FUTURO (SIN PALABRAS)
miércoles, 4 de febrero de 2009
AÑO ONETTI
Y siguiendo con los centenarios, resulta que también en 2009 se celebra el paso de un siglo desde el nacimiento del escritor Juan Carlos Onetti. En conmemoración del mismo, el Centro de Arte Moderno ha convocado una serie de actos y conferencias que profundizarán en los claroscuros de esta figura de la literatura hispanoamericana.
El acto inaugural tendrá lugar el martes 24 de febrero a las 20 horas en el mismo Centro. Consistirá en una conferencia del escritor Antonio Muñoz Molina titulada "Invitación a Juan Carlos Onetti". La entrada es libre y gratuita hasta completar el aforo.
Otros actos programados sobre el asunto se irán desarrollando en el tiempo:
-"Onetti", charla de Juan Cruz Ruiz.
-Diálogo abierto con Félix Grande sobre Juan Carlos Onetti.
-Exposición foto-biblio-hemerográfica de la obra de Juan Carlos Onetti .
-Proyección de las películas El Astillero, de David Lipszyc y El infierno tan temido, de Raúl de la Torre, ambas basadas en obras de Onetti.
-Exposición de trabajos del artista plástico Justo Barboza inspirados en el cuento de Onetti “La novia robada”.
-Proyección de videos: Entrevista de Joaquín Soler Serrano en "Grandes personajes a fondo" y discurso de Juan Carlos Onetti en ocasión de recibir el Premio Cervantes.
-Taller de lectura de la obra de Juan Carlos Onetti, a cargo de Teresita Mauro Castellarin
-"Onetti y Cortázar, los dobles ante el espejo”, charla de Mariángeles Fernández.
-"Escribir para ese otro que está adentro" (Geografías imaginarias, sueños, fantasías en algunos relatos de J. C. Onetti), charla a cargo de Teresita Mauro Castellarin.
Gracias por la info, Danilovich.
La dirección del Centro de Arte Contemporáneo es la siguiente:
Centro de Arte Moderno
c/Galileo, 52
28015 Madrid
Metro: Línea 2: Quevedo
Líneas 3, 4 y 6: Argüelles – Moncloa
Línea 7: Islas FilipinasAutobuses: 1-2-202-3-12-16-21-37-40-44-46
61-C1-C2-82-83-G-A-132-133-147-149-160-161-162
TEL: 914298363
martes, 3 de febrero de 2009
BACON EN EL PRADO
Hoy martes 3 de febrero de 2009 el Museo del Prado inaugura una retrospectiva de Francis Bacon (Dublín, 1909-Madrid, 1992) al cumplirse el centenario de su nacimiento, con 60 obras realizadas en las distintas etapas de una carrera iniciada cuando tenía 30 años y en la que explora sus fuentes, los procesos creativos y su pensamiento. Una exposición organizada con la Tate Britain de Londres, que la mostró en primer término, de septiembre a enero, y el Museo Metropolitano de Nueva York, donde cerrará itinerancia tras clausurarse en Madrid el 19 de abril.
Imprescindible para los amantes de la pintura contemporánea.
lunes, 2 de febrero de 2009
ZOE (O LAS VISIONES DE UN POETA FRANCÉS, ROMÁNTICO Y DESTERRADO) - CAPÍTULO II (TRANSCRIPCIÓN DE LAS ÚLTIMAS NOTAS DEL DIARIO DE ALAIN DÈPUISSANT)
23 de octubre de 1887, Lorient
No puedo recordar exactamente cómo ocurrió. No puedo hacerlo, y sin embargo hay algo que me dice que fue terrible. La veo, sí, alzada ante el abismo, expresiva, enhiesta, danzando con sus pies descalzos entre el mar y la tierra. Sé que me acerco y la sostengo de nuevo, la beso, la abrazo, rehuye y se altera, se acerca y se aleja, como la marea. Está jugando.
La veo, sí, alzada al filo del abismo, danzando con la muerte, familiarizada con ella.
La veo tropezar y ya no la veo. Ha caído por el despeñadero, muy rápido, como una gota más de lluvia. ¡No, no veo desde aquí su cuerpo! La mar se la ha llevado pronto. Una gaviota extraña, rosácea, planea no muy lejos al ras de las aguas furiosas y se dirige a la escollera de las Esfinges, risco que preside la bahía. Allí va a posarse, en la más alta de las rocas, mirando al horizonte.
¡Oh, maldición!
Me sumo en un desesperado infierno. Inconsciente, empapado por la lluvia traidora, con la vida enajenada para siempre.
El largo regreso a casa fue torturador. La lluvia arreciaba con violencia, el viento amenazaba con tintes de vendaval, el cielo, que empezaba a clarear en el horizonte del océano, bramaba atemorizándome.
Escapé como pude de aquel promontorio de mal augurio; la tierra se había transformado en barro. Al llegar al camino del bosque las hayas deshojadas agitaban sus ramas sarmentosas, movidas por el viento, llorando por ella. Se me imaginaba que incluso estuvieran pidiendo venganza.
Yo intentaba correr, huir, salir de allí cuanto antes. Pero no podía hacerlo, el fango me retenía, parecía como si las hojas muertas quisieran devorarme allí mismo. La lluvia golpeaba mi espalda, el viento revolvía mi sucia cabellera. Los sonidos del bosque que se desperezaba eran para mí gritos de desesperación que requerían sangre, mi sangre tibia, roja, mortal. Porque en el delirio en el que me encontraba lo único de lo que no podía dudar -¡miserable de mí!- era de mi culpabilidad. Acusábame yo de ser el causante de aquella muerte inesperada, me decía a mí mismo que debía haber hecho algo para detener aquellos juegos perversos junto al abismo. Fue un gran desafío –pensaba yo- a las leyes de la naturaleza el hacer lo que ella hizo. Pero ¿yo?, ¿yo? ¡Oh, no puedo olvidarlo! Su imagen está firmemente grabada en mi cabeza, y es una imagen que vuelve y vuelve desde entonces para no desvanecerse jamás, sumiéndome en la más mísera condenación.
Pero por qué. ¿Acaso no se lo dije? Yo preferí el amor, ella la muerte, y esa muerte y este amor me subyugan ahora, sin dejarme vivir.
Llegué a mi casa cuando las últimas luces de la ciudad se apagaban. Amanecer bajo la lluvia.
Desde entonces llueve, sigue lloviendo aún. No he vuelto a salir a la calle desde entonces, he preferido el enclaustramiento. Encargo apenas lo indispensable para sobrevivir y sólo abro la puerta para recoger los pedidos. Sé que mis amigos estarán preocupados porque ya no acudo al café, ni saben nada de mí. Sé que no tardarán en venir a buscarme, así que he tomado la determinación de escribir estas páginas, poseído por un deseo febril de conservar lo que ya está perdido; páginas que narrarán tu historia, Zoe, páginas que preservarán el nombre que para ti inventé aquella noche malhadada, que te describirán como una danzarina de sombras chinescas.
De la confusión inicial ha surgido la luz, de las dudas ha nacido una certeza: no fui yo el culpable de tu muerte, ni tampoco creo que fuera aquello que todos llamamos destino. A veces creo, Zoe, que no tropezaste, que echaste deliberadamente un pie hacia delante, que ya en el aire brotaron de ti plumas de gaviota y tus brazos se alzaron y alas fueron, que todo tu cuerpo sufrió la metamorfosis deseada, que sólo tus ojos permanecieron inalterables.
Eres tú, Zoe, la que me diste la luz, ya te lo dije una vez, y lo haré nuevamente hasta no poder olvidarlo nunca, nunca.
27 de octubre de 1887, Lorient
He comenzado a beber peligrosamente. La pequeña bodega de vinos que instalé en el sótano comienza a verse escasa de existencias y la habitación en la que duermo desprende mefíticos efluvios etílicos. No lo entiendo, creí que había logrado establecer un control de mí mismo, pero no es así, no lo es realmente.
La embriaguez me posee y yo me oculto tras ella como si tuviera algo de lo que arrepentirme.
1 de noviembre de 1887, Lorient
Mis amigos vinieron la tarde pasada a buscarme. No hice el menor ruido; ni mucho menos les abrí la puerta. Vi cómo se marchaban contrariados, escapando a toda prisa de la lluvia. Seguramente acudirían al café. Seguramente pensarían que me había marchado con ella.
10 de noviembre de 1887, Lorient
Ya casi no deseo seguir escribiendo. Siento un vacío extraño, más allá de la ebriedad continua, un vacío en la cabeza, unos deseos terribles de no pensar.
12 de noviembre de 1887, Lorient
La llamarada inmensa de tus labios trémulos, oh Zoe, es insustituible. Tu figura me persigue, es un fantasma engreído, viene para decirme que la evasión y el olvido no son fáciles.
Sin duda me estoy volviendo loco.
13 de noviembre de 1887, Lorient
Algo me dice que un velo de oscuridad deja escondido algo de esta historia. No estoy seguro de qué es, pero sé que está ahí, y que es importante.
14 de noviembre de 1887, Lorient
Por momentos tu fantasma se hace real, Zoe. Comienza a preocuparme. He recuperado el sabor del miedo. Me asusta, lo reconozco, no sé lo que quiere. Espero que sea una alucinación.
Sus ojos me observan con un dolor inmenso.
15 de noviembre de 1887, Lorient
Estoy solo y sin embargo siento tu presencia; cada vez te acercas más, lo sé. El miedo ya es pavor, un pavor incontenible. ¿Qué te ocurre, Zoe?, ¿por qué me persigues?
20 de noviembre de 1887, Lorient
Hoy la alucinación ha desaparecido. Ayer acabé la última botella de vino, de lo que deduzco que mi estado era efecto directo de la ingestión etílica.
Ha dejado de llover, y el sol ha permitido por primera vez desde hace tiempo que sus rayos se abran paso por entre los resquicios que dejan las oscuras nubes.
Creo que he superado esta crisis, afortunadamente. Hasta me parece que esta noche saldré un momento al exterior. Tal vez vaya al café, comienzo a entumecerme aquí encerrado.
Mis manos tiemblan al escribir estas tal vez mis últimas palabras. No sé lo que será de mí. He cogido el revolver que escondía en el armario, pero creo que no me servirá de nada. Ella ha vuelto a por mí.
___________________
Fui yo. ¿Verdad? Fui yo. Yo quise el amor. Mas quise también la muerte como culminación de aquel amor tormentoso.
Te empujé y tú caíste al mar como una gota más de lluvia. Pude ver cómo caías. No te oí. Tal vez gritabas. Y, oh, perdóname, disfruté enormemente ante aquel premeditado asesinato. Quería ver en tus ojos el brillo pálido de la muerte, quería sentir que la sangre me hervía al verlo. Oh, no, no merezco perdón alguno.
Me desvanecí, caí en un profundo sopor del que no desperté hasta minutos después. Cuando lo hice lo había olvidado todo.
Acabo de llamar a la policía. Ya está dicho todo, vienen hacia aquí. Pero no esperaré a que lleguen. Estas serán mis últimas palabras. Luego callaré, callaré para siempre. He de acabar con esta perversión, con esta locura que me envuelve en tinieblas profundísimas. He de acabar con el más maldito de todos.
Estas páginas son mi último tributo a tu memoria, Zoe. Alguien las leerá. Tendrá que leerlas, las mantendré fuertemente sujetas a mi pecho cuando me vuele la cabeza.
Espero que me perdones.
Si es así, si alguien como tú ha de pudrirse en el fondo del océano, yo no me resistiré a ser pasto de los gusanos. He de pudrirme, también, bajo una fría losa de piedra.