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lunes, 30 de junio de 2008

LOS AMANTES ZÁNGANOS

Se acomodaron en el beso como un par de lagartos bárbaros. Desentrelazaron los pernos de la carne, todos sus recovecos ocultos, porque en cada trazo de jugo mezclado aún se amalgamara el olor del otro. Era pronto para amalarse noemas, para sandalear el órbego entre las lombas. Pero cuando año tras año la cosecha reclamaba sus flores, cuando el esplendor de la naturaleza se demoraba aún más en la danza de los velos de la noche, aquellos amantes zánganos alcanzaban a comprender que una sola hora de abandono estaba llegando, que era forzoso separarse del mutuo abrazo almendrado para volver luego a encontrarse contundentes, después de las alas del sueño, sorteados con blando calor los absurdos temblores, los pretextos escabrosos de este mundo.
Se acomodaron en el beso, consecuentes con cada segundo, roto el letargo, todas las células del cuerpo renovando los pasos protocolares. Dos cerebros desembocando acordes sobre el perverso deber de bifurcarse, ocho pulgares acostumbrados a la espuela de tenerse sobre la espalda, concentrados ya entonces en la cercana soledad momentánea, amor loco, amor en fuga.
Qué complejo resultaba estar perennemente juntos, ajenos a los nombres de las cosas. Gozaban llevando hasta el fondo la boutade del más ausente entre los escarabajos, de su adorada japonesa redentora, allá por los setenta. Remedaban un modelo que pronto fue soslayado por sus precursores, tan absolutamente honestos que no les tocaba permanecer, exagerados temperamentos, extravagantes, pero no tanto como para detenerse en el gesto apenas esbozado. Ellos se arrojaron sobre la cama a rajatabla, treparon por los bordes, abandonaron los tapujos, contrayendo votos de promesa memorables se aventuraron a lanzarse en un colchón de muelle suelto, ellos, los amantes zánganos, cuyo nueva razón de ser pasaba por enjugar los ojos en el placer, explorar el caos bajo torrentes de sábanas blancas o asombrar a las palabras uno sobre el otro, abruptos los sexos en el abrazo.
Hace tanto que… comenzó el juego, tanto que se recreaban en el retozo que… a veces dejaban de lado algunos aspectos fundamentales para degustar, extraños al apuro, este desbordado monumento del deseo… Sus allegados no recuerdan exactamente cómo, pero lo seguro es que de algún modo lograron abastecerse de lo más urgente para calmar su sed, sus hambres. Encajaron el tálamo en un cuarto pequeño, de paredes encaladas, que gobernaba la luz prudente de un ventanuco arrancado a los muros más altos. El catre apenas dejaba margen a la estampa oscura de un retrete perpetrado en el fardel de las tejas, junto al ropero en el que colgaban ausentes dos trajes de pana roja. En aquel lugar pactaron quedarse, sellada la puerta, por cuya sola hendedura alguno dejase el frugal rancho acordado, en aquel lugar, los zánganos amantes, para pasear la desnudez de sus almas sobre panoramas de tez alba, afanados por el sol cobarde, por las estrellas renegadas de la noche. Como tumba de ángulo húmedo era aquel abdomen perfecto que tomaban de sus cuerpos, nunca más segregables ellos, los enterrados por darse enteros constantemente, los abandonados por un orbe de charlatanes que nunca llegó a comprenderlos. Eran los amantes zánganos, los zánganos amantes, clamaban algunos mesándose las barbas, golpeados por el trueno, arrebatados por la cólera de la razón, observad cómo malgastan su valor con esa conducta reprobable, desenfrenada.
De esta forma progresaba el suceder de los amantes, orgullosos recolectores del perfume, tercos adoradores del aquel templo ajeno al cosmos. Solamente a veces alcanzaban a comprender que una sola hora de abandono estaba llegando, que era forzoso separarse del mutuo abrazo almendrado para volver luego a encontrarse contundentes, presuntamente eternos. Una vez al año, el absurdo turno que sortease los pretextos deslavazados de este mundo, sólo una vez, solamente una, aunque los amantes se negasen, aunque protestasen desleales por dentro.
Cuando los ojos se cruzaron postreros, la pana en los hombros, los amantes zánganos, alejados de los espejos, se creyeron desarmados. Renovaban el acto extremo de pavor que era apartarse en tregua el uno del otro, nunca acostumbrados a pesar de la rehechura de más de cuarenta años. Cuando la puerta le prestó paso, el amante manso apretó con fuerza el cheque que ahora le arrastraba al banco. En el umbral, tornó el rostro buscando al otro, cuerpo desnudo surcado por arrugas semejantes al atardecer, adosado reflejo. Entonces ambos se encaramaron en el beso como dos lagartos bárbaros, se aferraron a lo más profundo del recuerdo para superar ese malévolo temblor del agüero. Cuando la pana roja del traje se esfumó, cerrada de nuevo la puerta, se compuso el yermo, presente a cada lado. Sólo quedaba esperar la hora de vuelta. Aún era pronto para amalarse noemas, para sandalear el órbego entre las lombas. Era pronto, pensaban, para aprender lo que representa estar sólo, lo que supone de verdad el amor cuando está en fuga.
Se recrearon aún unos segundos, completo, amalgamado el deseo en el olor del otro, rozando cada uno su lado en la madera, pero no sospechaban que cerca, puntual, esperaba, reloj en la muñeca, la muerte, nunca especularon con ella los amantes zánganos.
Cuando ella se reveló sepulcral ante los ojos de aquel al que le llegaba el turno, halló en él una mueca de asombro. Por qué te apareces ahora, le señaló, cuando no puedo defenderme, por qué me amargas el remate buscándome de este modo tan desagradable, lejos de lo que más amo. A lo que la muerte confesó, ceñuda, un qué más da, esto ocurre de todas formas, nunca os encuentro preparados para el momento. Adelantó una mano huesuda para llevárselo a su feudo de la nada. El amante no supo cómo deshacer el estertor.
Al otro lado de la puerta se escuchó un queja. Un hombro de fuerza restalló en la madera. El amante abandonado buscó el mundo detrás de los fragmentos, se fue con la lengua huera, con ese escrúpulo del desterrado, tan cojo y ofuscado como un alfabeto al que le faltase una letra, tan desesperado que se encomendaba a un futuro de dudoso avatar, pana roja, cheque que arrastraba hasta el banco. Atrás, vacante, quedáronse el cuarto de paredes encaladas, el colchón de muelle suelto, la ventana que bañaba de luz la nada perpetrada por el sol cobarde, por las estrellas renegadas de la noche.

LA LUNA INCALCULABLE


Puedo descubrir lo que no muta
algunas noches, atento a los resquicios.
El destino de la luna es un absurdo,
incomprensible paisaje sin vida.
En un valle sin lágrimas ni sufrimiento.
Si en este mundo hubiera un ojo
todo astro crecería incalculable.
Revistado, el polvo blanco forjaría respuestas,
el oblongo cerco espectral engendraría
nuestros sueños.
Vaga atmósfera, ligereza,
si en este mundo hubiera.
Inventarse un éxodo propio del hombre
atravesando el cielo hidrógeno,
contarle a los chicos milongas místicas,
leyendas plateadas en bandeja de sangre,
abalanzado una vez más sobre la nada,
en un intento crepuscular, superviviente.
La luna pende como un globo sujeto
a mi muñeca con un cable.
Cuando viajo puedo descubrir lo que no muta,
atento a los resquicios de la noche.

miércoles, 25 de junio de 2008

ESTATUA



Sujeta por los pies al jardín abandonado, rota la doblez de la tierra en cada impulso.

No tenía rostro la estatua portadora del tiempo, sólo la piel no destronada en perspectiva.

Era ella, aparición sin sombra, era siempre ella a la vez que ya no era.

La fantástica fotografía es de la artista holandesa Ellen Kooi.

martes, 24 de junio de 2008

TEMAS PROFANOS


La música es una cascada de aguas vertientes. Cada gota, cada líquida fluctuación sonora halla su camino de gravedad entre los recovecos del tiempo hasta formar una variación propia. Por una vez (y sin que sirva de precedente) abandono los manantiales del rock para perderme en otros meandros rítmicos, aparentemente distintos (aunque no tanto), en los que acaso siempre he naufragado. Me adentro en la memoria de mis abuelos, esa que sabe a sudor y pan, a sol y hoguera, a palabras sin letras, a verso de vuelta y canción vestida de pana, botijo, garrafa de anís y mulo. Todo aquello que nebulosamente alude a la tradición y que, ligado a eternas jornadas en el campo, se desvanece para siempre agostado en nuestro panorama vital de modelo urbano. Canción popular que no pop, canción de la tierra, regionalización disonante que se oculta más allá de las panderetas y los bailes en polainas que amenizaban la televisión en blanco y negro. Canción popular que se hace contemporánea.
Sólo hay un Dylan. Pero se agradece la existencia de esos locos de gramófono que han ido salvando del olvido ramilletes de almendras, manojos de melodías. Hoy una multitud de grupos y solistas crece a la sombra de esos ecos, en pos de un murmullo, desde cualquier rincón del mundo, y, también en España, se atreven a ese salto de riesgo que representa apostar por lo folk, por la raíz. Su fusión harmónica recobra un diálogo imprescindible del presente con el pasado.
La Musgaña es un paradigma perfecto para ilustrar esta tendencia.Grupo bizarro que (y perpetro a Joaquín Díaz) materializa el sabor impreciso de una tradición y transforma el humo del tiempo en sensaciones, en vibraciones que se pueden experimentar hoy con toda certeza. Su juego trasciende el repertorio antiguo para llenarlo de contemporaneidad sin eliminar su esencia. Por La Musgaña han pasado algunos de los mejores músicos contemporáneos españoles: José María Climent, Rafael Martín, Cuco Pérez, Luis Delgado... Sí, fueron tres en 2003: Quique Almendros a la gaita charra, la gaita de fole y el tamboril, Javier Muñoz al acordeón diatónico y todo tipo de vientos y el implacable Carlos Beceiro al cistro, el bouzouki o la zanfona. Instrumentos tan viejos como el sol. También ellos, siempre rodeados de amigos. Sí, fueron tres, pero es que a veces se desataban en conciertos polifónicos. Durante un tiempo sus siluetas eran habituales del Café Central y otros locales madrileños.
La formación ha variado desde 1986. Quique Almendros sufrió un derrame cerebral que lo apartó de los escenarios, pero La Musgaña aguanta, incorporados Diego Galaz al violín y Jorge Arribas al acordeón. Qué cosecha. Su música sabe y siempre supo a policromía santiaguesa, a sinestesia y seguiriya, a rondalla castellana, a hierba pa la mula de nuevo milenio.
Volvieron en 2003. Temas profanos fue su primer disco después de seis años de silencio. Temas profanos: amor, muerte, trabajo, creación, odio, alegría, sexo, fe… conceptos que remueven al hombre con independencia de la cultura a la que pertenece, que precisamente por eso constituyen ese nexo de unión y hermanamiento con el otro, venga de donde venga, vaya donde vaya. Dieciséis piezas de la tradición castellano-leonesa y extremeña que, para quien sepa oírlas, rezuman a nuevo: charradas de lucimiento, ajechaos que nacieron en África, danzas circulares, aires de Burgos y muchos, muchos colores más. Os dejo ahí unos "Pindongos de Montehermoso", cacereños, mientras me preparo unas migas.
Temas profanos, La Musgaña, Lubicán Records (2003)

lunes, 23 de junio de 2008

PATIOS



Sobre los córvidos, un vuelo de fachadas aparentes. Alas de intermitencia y despertares hídricos repercuten en un patio sin nubes, cuyos muros se han arrastrado alguna vez antes. La transparencia se hace dueña de la carne, proclama su asombrosa verbalización, crece hasta encontrar su salida, no muy lejos de aquí. Y los callejones se estudian uno a uno los espasmos con aire de navajas siderales, y al volver de cada espíritu miden su furia en las esquinas, alboroto de pinzas, se arrebatan el resuello en los portales y las aristas que crujen como sábanas al viento, como praderas blancas atrapadas por un pecho, por un centímetro arquero que aborrece la victoria, por una cuerda que cuelga de lado al lado, advirtiéndonos: ¡Oh, atento, siente de inmediato! La sombra que amamanta nuestro desastre de humedades pudiera ser sorprendida. Acaso transistores se inmiscuyan en la muerte cualquier noche. Mira fuera. Hay luz en las ventanas. Y hay voces. Hay voces en alguna habitación lejana.

viernes, 20 de junio de 2008

OTRA LOCURA


Bajo el muérdago, bajo la soga que aún se agita,
mandrágora, tercer ojo de negro arcano,
pelo de ternero innato, murciélago en las alas,
vigilo el hervor de la marmita hendida de falsa tristeza,
donde el humo que enmascara se hace ajeno
a la violenta luz del día.
Augur de cicuta, híbrido en abismos sobre el loto,
engendraré la carestía del tiempo
hasta que un corazón delate
la sombra envejecida por el bruno pico que huye:
tu nombre en la tumba.
Acaso reconozca mi traición profunda,
pero no como asesino suplicante.
La mentira va cerrándose por dentro,
fruto de su encuentro con lo otro.
Estoy muerto en la distancia,
allí donde el vuelo me permite ver el cuerpo,
fantasma sobre tierra virginal,
rosa negra del recuerdo,
labio arquetipo de mujer,
pálido labio en el que tiemblan las lunas,
castañetea el alcohol,
otra locura,monstruo inocente.

jueves, 19 de junio de 2008

PRESENTACIÓN DEL LIBRO BUKOWSKI CLUB, JAM SESSION DE POESÍA 06-08

Después de dos años de poesía e independencia Inés Pradilla y Carlos Salem nos deleitan con un libro que recopila ejemplos de la obra de más de 75 poetas que han pasado por el Bukowski Club. El título: Bukowski Club, Jam Session de Poesía 06-08, publicado por Ediciones Escalera. Parece mentira lo que están consiguiendo estos dos monstruos.

Tal es el volumen de autores que reúne este libro que ha sido necesario organizar su presentación en tres fechas consecutivas, jueves 19, viernes 20 y sábado 21 de junio, a partir de las 21:30 horas. La cita, por supuesto, en el Bukowski Club, convertido ya en un lugar de referencia y peregrinación para los que gustan de paladear la poesía en directo. Participarán, entre otros y sin descartar la presencia de alguno más, los siguientes individuos:

Jueves 19
Reyes Monje, José Naveiras, Juan Pinilla, Jesús Urceloy, Antonio Rómar, Kebrantaversos, Juan Carlos Pérez Medina, Francisco Cenamor, Sole López, Pepa Díaz, Alberto María Roman, Silvi Orión, Arturo Martínez y Patty de Frutos.
Viernes 20
Elia Maqueda, Violeta Castaño, Marta Fernández, Daniel Orviz, Rafael Sarmentero, Rodrigo Galarza, Blanca Fernández, Verónica García,Victor Sierra, Macanula, Miguel Rix, Igor Heras y Gonzalo Torrente Malvido.
Sabado 21
Luis Morales, Gloria Gil, Gsus Bonilla, Silvia Oviedo, Elia Maqueda, Eduardo García, Leo Zelada, Isabel García Mellado, Marcus Versus, Jesús Malia, Daniel Herrera, y Carlos Salem.

Cualquiera de las tres fechas es buena para encontrarnos. Una, dos, e incluso las tres. No os lo perdáis.


Más información pinchando aquí.

martes, 17 de junio de 2008

PAR ESFINGE


Arrellanadas en la orilla,
donde el límite de la bajamar se enmaraña entre sargazos,
tus botas otean horizontes sin cordones para el más allá,
como una pareja inexorable de opuestas esfinges.
En el promontorio de arena las has dejado para abandonarte al mar
que hace resplandecer mitológica tu piel delirada en el sol de tarde.
Persigo las huellas todavía hundidas en el fresco limo,
las que empapa cada golpe de espuma amarga,
hasta el borde las persigo,
sujeto a la cambiante línea de la luz.
Entonces ya no estás a lo lejos y te pierdo en el temblor
con que azulean los versos
que pronto corromperá el rojizo olor del vino,
ya no estás, remota,
es el largo instante en el que se paraliza el labio
o embate la onda pérsica de una ola
y no estás, allí tan lejos,
hay ya un vacío que se ha engullido el océano
y no estás,
qué terror tengo,
no sabría decirte por qué no siento
tu mano intacta en el hombro
ni la sal que salpicas desde la resaca que traes en el pelo,
no sabría explicarte ahora aquí,
cuando te sientas a mi lado
y recreamos la soledad espejo
de tus botas, arrellanadas allí, en la orilla,
por qué ya no te veo,
por qué olfateo el fantasma de mi propia presencia
esfumándose ante ti mientras despierto.

lunes, 16 de junio de 2008

PI, FE EN EL CAOS


Darren Aronofsky se estrenó con una película extenuante y reconcentrada que apenas costó 60.000 dólares y que sin embargo no dejó indiferente a casi nadie.
Pi, fe en el caos nos demuestra una vez más que las matemáticas no son tan aburridas, pero que a menudo se vuelven peligrosas.
Max, el protagonista, vive obsesionado con la idea de hallar un sistema numérico capaz de prever y controlar todo cuanto sucede en el caos aparente que conforma el universo. ¿No os parece un tanto grandilocuente el argumento? Pues bien, Max avanza en una búsqueda que le lleva inexorablemente hacia el famoso número Pi, 3,141516... ya sabéis. Y, como suele suceder, habrá mucha gente dispuesta a hacerse con el descubrimiento para utilizarlo según sus propios intereses. ¿Os imagináis poder predecir la evolución de los movimientos bursátiles o conocer el número que designa el nombre de Dios?
Con una fotografía en blanco y negro y una planificación y montaje propios de videoclip, este thriller psico-matemático, semisubjetivo y casi apocalíptico es óptimo para aquellos que prefieren devanarse los sesos delante de una pantalla. Serán 84 minutos que a veces parecerán muchos, muchos menos.
Pi, fe en el caos logró un gran éxito de crítica y público, y obtuvo varios premios, entre ellos el de mejor director en el Festival de Sundance de 1998. Ahí va el trailer.


Título:Pi, fe en el caos
Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 1998
Dirección: Darren Aronofsky
Reparto: Sean Gullette, Mark Margolis, Ben Shenkman, Pamela Hart



viernes, 13 de junio de 2008

BREVEDAD DE LA CERA


Caer, en la corriente,
cuerpo extático, dédalo reconocido.
Planeas donde el tiempo acabará
cerrándose, planeas
hasta que cese el aire,
herido por un sol de profundidad
soberbia,
y al descender colmado
de sabiduría,
comprendas el necesario destino
que el orgulloso cielo
deparó para tu hijo,
comprendas que la infinitud
es otra
en las murallas del aire.

miércoles, 11 de junio de 2008

WE WERE DEAD BEFORE THE SHIP EVEN SANK



Modest Mouse se formó en Washington (El estado, no la ciudad) hacia el año 1993 y desde entonces se ha movido por el complicado mundo de las etiquetas indy o rock alternativo. Como suele suceder, el grupo no se comió una rosca hasta su fichaje por parte de un sello discográfico más o menos importante. En este caso se les apareció Epic Records en el camino hacia cierta fama y popularidad. Rondaba ya el año 2000. En España se ha oido poco hablar de ellos salvo en círculos reducidos.
Pero regalos como el disco We Were Dead Before the Ship Even Sank, grabado en 2006 y publicado en marzo de 2007, no deberían pasar inadvertidos. Esta exaltación de la marinería del desastre recuerda a los mejores Pixies y marcha a la deriva (una deriva genial incompatible con la calma chicha en el mar de los Sargazos), una y otra vez, entre los acordeones tabernarios, las ballenas blancas eléctricas y las inflexiones punk llenas de sorna y potencia. Temas como "March into the Sea", "Fire it up", "Missed the Boat" o la fantástica "We've Got Everything" suenan como resacas de verano en alguna orilla acantilada después de noches de ron derramado en mesas de madera húmeda.
Este fue el primer sencillo del álbum, "Dashboard". El vídeo musical fue dirigido por Mathew Cullen y Grady Hall. Toda una aventura.

martes, 10 de junio de 2008

ULISES, DE JAMES JOYCE


¿Cometerá ese supremo acto de pedantería que supone recomendar la lectura del Ulises de Joyce?
Creo que no encontraría un lugar lo suficientemente despoblado en el mundo para esconderme con todas las garantías de supervivencia, que todo juego de palabras inventado para escurrir el bulto de lo trascendental en cualquier ademán ridículo sería inútil ante el implacable choteo de la multitud. Por eso prefiero limitarme a confirmar algunas reticencias inconvenientes espigadas de aquí y allá desde el ojo de un lector que se ha atrevido a volverse un poco majareta.
¿Confiesa, pues, que lo ha leído?
Si, aunque las apariencias engañan.
¿Qué datos estadísticos puede aportar a tales consideraciones?
2 volúmenes, 18 capítulos, 1 prueba de resistencia (cap. 15), 3 esquemas-guía, 2 resúmenes de lo escrito, alguien que se ríe de si mismo, 1040 páginas, 138 esquinas dobladas, 1 viaje a Dublín, 1 itinerario frustrado, 1 voz del siglo pasado escuchada en 1 magnetófono decimonónico, 2 dioptrías de más, 73 canas, ningún riñón de cerdo, esto es: 0, 1 tentación de fotografiar 1 riñón de cerdo en 1 puesto del mercado de la carne, 195 trayectos de metro y 62 de autobús, 4 separadores distintos, 1/2 poema, 1 canción escocesa con letra irlandesa, 20 pintas de Guinness, 2,3 catarros, 3 cortes de pelo exactos, 312 deposiciones casi inodoras, 1 mapa desgastado por la lluvia en la página 18 vol. II, 1 artículo arrancado de "El País" del martes 2 de febrero de 1982 con el título de "James Joyce, la accidentada biografía de un genio del siglo" en la página 31 vol. I, 1 artículo arrancado de "El País" del domingo 19 de agosto de 2007 con el título "James Joyce, la ciénaga del subconsciente" en la página 33 vol. II, 1 mancha de mermelada en la página 68 vol. I, al menos 12 migrañas, 9 meses de embarazosa transliteración y 1 amigo leo que lee lo ineluctable del ser que yo no leo leopold poldy lummie leni henry horny flower upper lower eccles written beaten Bloom.
¿Qué ha descubierto en Ulises?
Una novela de novelas, un plano de Dublín, una forma de dormir, una broma estupenda, una odisea, un odioser, un vagabundeo de hombres comunes una asombrosa disciplina técnica dieciocho formas de escribir multiplicidad del punto de vista recorrido por la literatura anglosajona Shakespeare una narración un único día cuatro junio mil novecientos cuatro work in progress rápidamente imitado don’t innovate dónde van los behavioristas un día varado en la memoria el juego el diletante y complejo guiño del humor distanciamiento pienso yo no pienso a quién le dije ya eso un día la palabra río se reconoce en el tercer hemisferio sin círculos está dentro del cajón interior ego te monólogo monóculo golónomo cunómolo.
¿No se arrepiente de su extraño comportamiento?
Tan ineludible es el destino como la necesidad. Estaba escrito ¿Estaba escrito?
¿Se decide, entonces, a defender apologéticamente este libro?
Me dedico apopléjicamente a deponer esta liebre.
¿Propone alguna plasmación físico-química demostrativa de su teoría, a priori infalibilísima?
Este texto que podría ser otro. Cualquiera, ninguno. En el capítulo 12, vol. I, sólo por la quijotesca facultad de dar nombres:

"Los invitados de los virreyes, que incluían muchas damas bien conocidas, fueron guiados por Sus Excelencias a los lugares más favorables de la tribuna de honor mientras la pintoresca delegación extranjera, denominada Amigos de la Isla Esmeralda, quedó acomodada en una tribuna exactamente enfrente. La delegación, presente en su integridad, consistía en el Commendatore Bacibaci Beninobenone (el semiparalítico decano del grupo, a quien hubo que ayudar a sentarse en su puesto mediante una poderosa grúa de vapor), Monsieur Pierre Paul Petitépatant, el Grancuco Vladimiro Sparragof, el Archicuco Leopold Rudolph von Schwanzenbad-Hodenthaler, la Condesa Marha Virága Kisászony Putrápeshti, Hiram Y. Bomboost, Conde Athánatos Karamelópulos, Alí Babá Bakchich Rahat Lokum Effendi, Señor Hidalgo Caballero Don Pecadillo Palabras y Paternóster de la Malahora de la Malaria, Hokopoko Harakiri, Hi Hung Chang, Olaf Kobberkedelsen, Mynherr Trik van Trumps, Pan Poleaxe Paddyriski, Goosepond Prhklstr Kratchinabritchisitch, Herr Hurhausdirektorpräsident Hans Chuechli-Steuerli, Nazionalgymnasiummuseumsanatoriumundsuspensoriumsordinarprivatdozentgeneralhistoriespezialprofessordoktor Kriegfried Ueberallgemein. Todas las delegaciones sin excepción se expresaron en los más enérgicos y heterogéneos términos posibles en referencia a la innombrable barbaridad que se les había llamado a presenciar."
(TRAD. J. M. VALVERDE)
Joyce, James, Ulises (Ulysses), Barcelona, Editorial Lumen, 1980, 2 vol., trad. J.M. Valverde.

domingo, 8 de junio de 2008

ENGRASA LA MÁQUINA


Otro día concebido, normalidad.
El final se enreda en las venas
de los hombres de hierro.
Muerte en las barras de labios,
pensamientos que arden sin destino.
Engrasa la máquina del olvido,
el triste mecanismo se acompasa.
Crucemos el cuerpo anárquico,
algo permanente
albergará nuestras profundidades.
Hay un más allá para romper los signos,
cuando tu pelo dibuja en el vacío
una elipse de sonrisa. Qué mañana.
Demonios drenando el diamante
del primer motor inmóvil,
la estrella se ensancha inexorable,
nos hace dueños de la carne,
nuestro homenaje es un templo.
Engrasa la máquina del olvido,
el triste mecanismo se acompasa.
Bielas tuercas ruedas dientes.

Perderse en los sueños,
raza adolescente,
días enteros,
torres recalcitrantes,
mar de fallas,
fila sin término,
máscara hervida,
algo sin rostro.
Otro día concebido, normalidad.
El final se enreda en las venas
de los hombres de hierro.
Un cuervo en la pantalla
voltea la clepsidra de aceite.
Engrasa la máquina,
que la rueda gire.

viernes, 6 de junio de 2008

K CABRÓN ERES GUS VAN SANT

Introspectivo bosque manantial del aislamiento largo viaje de la muerte al nacimiento inspiración veintisiete último día última canción ajeno autógrafo autótrofo inmerso paisaje creativo deambular muerto viviente vivo mortiente voz del pensamiento desafecto monólogo en la entraña atemporal del opiáceo y el queso artificial y el cereal semienterrado ni una sola sonrisa por el azar del juego y del fuego del dinero pequeño si le compara con un qué desarmado artista en la elipse de sí mismo retroceso mugre soy mente y campanas y abismos sonoros y soy música y mente y campanas y abismos sonoros porque los instantes se repiten mientras el grito se secuencia y resbala como espectro en las puertas en las flores en la silla cascada sucia melena brillante melena crepita adolescente que huele a capas bajo parkas que contar qué hijoputa qué coño te pasa K. corre la brisa sobre el rostro y el cuaderno mugriento a la mierda la cuerda la guitarra y el ojo que quiere estar solo en el invernadero descompuesto y en la vida que me camiseta que me escopeta poeta.

Last Days (2005)
Título original: Last Days (Estados Unidos)
Dirección: Gus Van Sant
Intérpretes: Michael Pitt, Lukas Haas, Asia Argento, Scout Patrick Green.


jueves, 5 de junio de 2008

W. EUGENE SMITH EN PHOTOESPAÑA 08



En el marco de PhotoEspaña 08 se organiza la mayor muestra celebrada en nuestro país sobre el gran fotógrafo norteamericano W. Eugene Smith, uno de los primeros exponentes del foto-reportaje de denuncia, con más de 200 imágenes suyas expuestas en el Teatro Fernan Gómez - Centro de Arte, y que permanecerá abierta al público desde el 4 de junio al 27 de julio.

Vale la pena.

martes, 3 de junio de 2008

NADIE VUELVE


Y nadie vuelve, panaqueos.
No habrá fuertes brazos,
marineros que domeñen
la negra madera curva.
Ni disfraz posible o tridente
dado a cautivar todo destino.
O nosotros, los asendereados,
los que adoramos este mar
dulce y temible.
Dónde empieza, pues,
dónde termina el mundo.
A la medida de los mortales,
fruto imaginario, escúchanos,
oh heraldo, en esta hora.
Los hombres sin edad dorada,
los hijos de otros hijos y fortunas,
los que nunca aquí estuvimos,
regresamos.

lunes, 2 de junio de 2008

RECITAL EN LA BUENA VIDA


Imprescidible este macro-recital desencadenado que se perpetrará (en el buen sentido de la palabra) el domingo 8 de junio a las 20:30 en La Buena Vida, un sueño de poesía, atrevimiento e imagen con los que os sorprenderán, una vez más, los muchachos y muchachas de La Vida Rima. Rafa Sarmentero, José Naveiras, Nacho Aldeguer, Isabel García Mellado, Marta Bohemia, Marcus Versus, Gloria Gil, Elia Maqueda, Silvia Oviedo, Daniel Orviz y yo mismo, Luis Morales, en este o cualquier otro orden aleatorio y extenuante. No faltéis.

LA IMAGINATIVA PROSPERIDAD DE CALCAÑARES

A menudo los viejos del lugar desenroscaban sus boinas bajo un sol que sumergía la sobremesa de la plaza en la indolencia y artríticos, desmadejados, jugaban a lanzarlas como frisbees a través de la galería de soportales, sombra única que enjaretaba el escueto edificio del ayuntamiento.
A este peculiar estado de las cosas había llegado la antaño populosa aldea de Calcañares. Los estragos de la diáspora se habían dejado notar en los últimos tiempos. Faltaban los estímulos, escaseaba la gente. Los jóvenes volaron un día en dirección a cualquier ciudad y no volvieron. Lo mismo sucedió con las acémilas. Quedaron los viejos del lugar, un par de tontos, el cura y algún que otro haragán incomprendido. Calcañares se había convertido en una aldea solitaria, casi fantasma.
Pero todo quiso cambiar. Alguien puso un bando en la puerta del ayuntamiento. El pueblo había entrado en negociaciones con una conocida empresa de calzado para establecer en su territorio una fábrica de zapatos de lujo. Aquel acuerdo marcaría un antes y un después en la historia de Calcañares. Reactivación, revitalización, rehabilitación, este era el lema de tan afortunada iniciativa.

Los autobuses descargaron en la plaza las recuas de peones encargados de levantar la factoría. Pronto hubo que habilitar espacios para su descanso y se aceptó la necesidad imperiosa de satisfacer sus necesidades básicas. Primero volvieron las putas a la calle Tiembles. Después se reabrió el bar con el novedoso nombre de Casa Pepita y pronto le siguieron la farmacia, la carnecería, y el estanco con estanquera incluida. Además se apuntaron al carro un par de kebabs, una gasolinera, cuatro sex-shops, catorce billares, media discoteca, un estudio de cine, ciento doce ETT’s, un chino, un kilo de caviar traído por un prospector iraní y veintidós sucursales bancarias. Los viejos del lugar dejaron su jueguecito de las boinas para dedicarse a los edificantes artes del dominó y la brisca. Pronto la fábrica funcionó a pleno rendimiento. La economía de Calcañares sufrió tal repunte que tuvo que volver el barbero. También tornaron los hijos que habían volado, y, lo que todavía resulta más impactante, la población de burros por metro cuadrado experimentó una proyección exponencial. Fue necesaria una reordenación de los terrenos, una recalificación del suelo urbanizable. Pronto Calcañares estuvo unida con la capital del país por medio dos autopistas de peaje y un tren de alta velocidad. El riachuelo que bañaba la vega fue embalsado para cubrir las necesidades hídricas de la emergente ciudad. Y, por supuesto, no se descuidó el turismo. Se diseminaron aquí y allá unos cuantos campos de golf, trece spa, un circuito de carreras, ocho áreas de botellón, mil doscientas pistas de paddle y treinta y tres campos de fútbol de hierba artificial.
El alcalde, que ahora vivía en Calcañares, establecía un régimen de parquímetros que regularía en aras al bien social, el estacionamiento en el centro histórico. Entre sus proyectos de futuro se vanagloriaba hablando del nuevo aeropuerto pero, sobre todo, de la atrabiliaria idea de traer el mar hasta Calcañares, con unos objetivos que no quedaron jamás del todo claros. No contó con la irrupción de la policía en las dependencias de la famosa zapatería, cuya actividad cesó de repente, precintados misteriosamente sus cierres.
La verdad es que después de aquello todo volvió a la normalidad, es decir, Calcañares volvió a ser la aldea que había sido, es decir, que se fueron hasta los burros. La Pepita cerró de nuevo, así que los viejos del lugar han tenido que volver a ocupar sus largas horas ociosas con algo de ingenio. Pero no, esta vez no han recurrido al lanzamiento de boinas. Grande fue el excedente de zapatos de tacón que quedó huérfano en la factoría arruinada. Así que ahora los más viejos del lugar remedan, subidos en los zancos, improvisados desfiles de moda en la galería de soportales, sombra única que enjareta el escueto edificio del ayuntamiento. Ciertamente, habían llegado a un acuerdo tácito por el que abandonaban cualquier pretensión de comprender aquel absurdo.