Se trata de esta Biblia de cinco milímetros, ideal para cortos de vista y nostálgicos del microfilm. Puede ponerse en el atril diseñado a juego, camuflarse en la biblioteca de la casa de muñecas o depositarse bajo el colchón, junto al guisante del cuento. Todo sea por cumplir con el dicho: el saber no ocupa lugar.
Libro más pequeño Libros El saber no ocupa lugar
El ruido de las llaves, de Philippe Claudel
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Durante unos años, más o menos en la treintena, Philippe Claudel fue
profesor en una prisión preventiva. Allí impartió talleres a los reclusos.
Todo e...
Hace 6 horas
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