Pages

miércoles, 9 de julio de 2008

LOTÓFAGOS


En la sombra de los cuerpos
los últimos brazos de la juventud
se entrelazan.
Verde el cielo sobre nosotros,
todo transcurre lentamente.
La luz rehuye el horizonte,
y si las nubes valerosas se mostraran
arrastrarían su sabor
hasta tocar la hierba,
y todo, fecundado en el vapor,
carecería de importancia,
porque en las islas de la niebla
el vuelo seminal es otro,
el viento se esfuma
en un silencio de profunda admiración.
Atravesamos las colinas meretrices
para hallar la soledad
que solicitan nuestros cuerpos;
la edad de oro, agonizante,
llueve de nosotros, desprendiéndose;
nuestros cuerpos son una reivindicación
a las alturas, nuestros cuerpos…
Amargas morderemos aquí las flores del olvido.

1 comentario :

  1. Vuelve ardiendo el verano
    en estas brasas de infancias,
    arden las estrellas en su cielo de carbón,
    arden los montes,
    la sed del fuego.

    Arden nuestros cuerpos acostados
    en las arenas de las playas,
    arde el centro de nuestro mundo,
    ardiendo nuestros ojos,
    buscando consumirse en el oleaje.

    disfruta tu verano hermano poético

    ResponderEliminar

Dádle voz al oráculo